martes, 5 de noviembre de 2013

Primer Puesto- Segunda Parte

Hola!

Esperamos que les haya gustado el otro cap, acá está el final.

Advertimos que este es muy fuerte, demasiado, si eres de mente frágil te recomendamos que no lo leas, por favor.

Fueron advertidos...

Peniel nunca pensó que podría jactarse de ser una persona lógica pues casi siempre se dejaba llevar por sus emociones.

Esta vez no iba a ver excepciones.

El brillo del cuchillo se reflejó en el espejo de cuerpo completo de su cuarto. Conocía la anatomía del cuerpo humano, esto sería sencillo.

-Pulmones, riñones, costillas, estómago, lugares blandos, cuello, muñecas- volvió a susurrar mientras se echaba la capucha de su abrigo negro sobre su castaña cabeza.

A sus oídos llegó un par de gemidos que podrían provenir de IlHoon. Estaban teniendo relaciones en su propia casa.

Peniel no dejaría que esto pasara pero el cuchillo filoso en su mano no serviría de mucho, sus inquietos ojos se movieron por la habitación y se posaron sobre un bate de beisbol que había traído de América.

Vendría muy bien practicar algo de beisbol.

Tomó el bate entre sus manos, colocó el cuchillo en uno de los bolsillos de su suéter y salió de su habitación.

Ilhoon gemía rápidamente al sentir el orgasmo llegar gracias a la mano de su novio, HyungSik. No habían medido razones y estaban teniendo relaciones en una de las múltiples habitaciones de la casa de Peniel.

Su novio lo penetraba muy fuerte mientras cerraba sus ojos y suprimía sus gemidos. No querían ser escuchados por nadie.

IlHoon sentía como sus piernas le fallaban y la posición en cuatro en la que estaba se derrumbaría. Un orgasmo muy fuerte le hizo cerrar los ojos y gemir muy fuerte como si se le fuera la vida en ello.

Entonces escuchó como la puerta del cuarto se abría y en su entrada dejó de sentir el miembro de HyungSik, entre abrió los ojos y se encontró con Peniel golpeando con un bate a su novio.

HyungSik tenía varios moretones en su cabeza, no podía reconocer el rostro de su novio, la sangre salía a borbotones de su boca.

-IlHoon, corre- le extendió una mano que fue quebrada por la furia de un golpe que le propinó Peniel.

El bate estaba lleno de tanta sangre que IlHoon vomitó en el piso.

-¡Peniel! ¡¿Qué haces?!- gritó tratando de detener su brazo.

-¡No me llamo Peniel! ¡Soy DonGeun!- dirigió el bate hacia la nuca de IlHoon y lo noqueó.

Y así pudo terminar de golpear a HyungSik hasta la muerte. Lo golpeó en las costillas y pudo oír el sonido de sus huesos quebrarse, golpeó su rostro hasta que la cabeza había perdido su forma, aplastó cada uno de sus dedos con la punta del bate y terminó con un último golpe en la deformada cara.

HyungSik había muerto.

La cabeza de IlHoon daba vueltas y dolía en demasía, abrió con pesadez sus ojos encontrándose de frente con el bate cubierto de rojo sangre de Peniel.

Lo golpeó con una fuerza espectacular, con ira y con tristeza.

Los ojos llorosos y golpeados de IlHoon se posaron en el amasijo de carne en el que se había convertido su novio.

-Esto no debía ser así…- susurró antes de que Peniel le diera el último golpe en su rostro que lo mató.

Aún faltan 4.

-Tengo hambre- dijo ChangSub aun texteandose con Nana.- ¿Quieren pedir una pizza?

-¿Y gastar mi dinero?- EunKwang cambiaba de canales frenéticamente-. Ve a coger comida de la refrigeradora de Peniel.

-Eres un tacaño- tomó una almohada y golpeó a EunKwang en la cabeza mientras se dirigía a la cocina.

ChangSub abrió lentamente la refrigeradora y paseó su mirada por toda la apetitosa comida en ella.

Luego de mucho cavilar que comer se decidió por un emparedado de pavo que estaba debidamente empaquetado en una bandeja que devoraría junto a una pequeña gaseosa de uva.

Los tomó entre sus manos y se sentó en la enorme mesa de comedor a comer.

Sacó del empaque de plástico el emparedado y empezó a comerlo.

Peniel bajó hasta el primer piso donde estaban EunkWang y el resto de sus amigos: ChangSub y MinHyuk.

Había limpiado el cuchillo con su suéter y ahora lo mantenía entre sus manos mientras se dirigía al comedor donde escuchó el ruido de alguien comiendo.

El pavo estaba muy bien sazonado y la mayonesa era casera, ChangSub disfrutaba la comida mientras pensaba sobre invitar algún día a Nana a una cita.

Peniel se situó detrás de ChangSub sin que esté lo notara, sacó el cuchillo de los bolsillos de sueter y le desgarró la yugular en un rápido movimiento.

La sangre salió como una cascada de la yugular bañando el sánduche de pavo de color rojo. ChangSub trataba de gritar pero de su cercenada garganta no salían más que ruidos ahogados. Peniel observó sin inmutarse como su víctima caía encima de la mesa con sus ojos dilatados.

El teléfono de ChangSub vibraba sin cesar anunciado los mensajes que enviaba Nana por Kakao Talk, mismos mensajes que ahora no tendrían respuesta.

Aún faltan 3.

-ChangSub se demora mucho en la cocina- dijo MinHyuk recostado en el mueble mientras veían un capítulo de “The Big Bang Theory”-. Debería ir a ver si está bien.

-¿Qué carajos te puede pasar cuando estás comiendo algo?- pronunció EunKwang mientras volvía a cambiar de canal.- No te preocupes por él.

MinHyuk giró sus ojos y volvió a fijar su mirada en la televisión hasta que sintió que necesitaba ir al baño.

-¡Voy a regar unos cuantos arbolitos!-exclamó mientras se levantaba para ir al baño.

-Eres un asqueroso- dijo EunKwang mientras lo golpeaba en el ante brazo.

MinHyuk dio un par de vueltas por la casa hasta que dio con el baño. Abrió la puerta de este y se encontró con un lugar que denotaba elegancia.

Frente al inodoro se bajó el cierre del pantalón y orinó.

Dejo escapar un gemido de gusto mientras sus inquietos ojos negros se paseaban por el lugar que tenía una enorme bañera blanca y un espejo muy brillante.

-Menudos traficantes deben de ser los padres de Peniel- susurró mientras guardaba su miembro en el pantalón y se subía el cierre.

Entonces oyó que movieron la perilla de la puerta, MinHyuk se giró y se encontró con Peniel que con una mirada llena de ira se acercaba a él.

-Peniel- su voz tembló-. ¿Qué haces aquí?

No le respondió, sacó el cuchillo aún ensangrentado de los bolsillos de su suéter y se acercó lentamente a él.

MinHyuk lanzó un grito y se alejó de él desesperado chocando con la enorme bañera blanca.

-¡No!- puso sus manos frente a su cara para protegerse pero Peniel las cortó lentamente y uno de sus dedos saltó de su mano.

-Quieto- susurró Peniel y clavó el cuchillo en su vientre bajo, lo golpeó en las costillas, sacó el cuchillo de su vientre y lo pasó rápidamente por su garganta terminando con la vida de MinHyuk.

Aún faltan 2

El plan (si es que esto se consideraba un plan) era matar a cada una de las personas en la casa y luego fingir demencia.

Ahora iba tras EunkWang y no escatimaría en esfuerzos para terminar con su vida.

EunKwang escuchó un grito desesperado que solo podía provenir de MinHyuk. Apagó el televisor y se dirigió al baño.

-¿MinHyuk?- susurró mientras empujaba lentamente la entre-abierta puerta del baño.

Su estómago se revolvió.

En una esquina el inerte y sangrante cuerpo de MinHyuk tenía su mirada perdida en el espacio mientras en otra esquina Peniel limpiaba el cuchillo con su suéter.

-¡Maldito hijo de puta!- exclamó EunKwang controlando sus ganas de vomitar-.¡Le diré al resto de los chicos!

-No podrás, ellos ya han muerto- Peniel se acercó a él con la punta del cuchillo apuntando enérgicamente hacía él.

EunKwang corrió hacia la puerta de la casa para poder buscar ayuda pero Peniel no se quedaría atrás así que le lanzó un enorme jarrón chino.

Él cayó al piso por el peso del jarrón y tuvo que arrastrarse con miedo hasta que se topó con el comedor en donde descansaba en un charco de sangre ChangSub.

Encontró un plato en el piso y lo lanzó a la cabeza de Peniel ocasionándole un severo corte en la ceja.

-¡Maldición!- gritó Peniel mientras se tocaba la sangrante ceja.

EunKwang se levantó con dificultad del piso y volvió a correr hasta la puerta de la casa pero segundos antes de girar la perilla fue jalado del tobillo por Peniel.

-¡No me mates!- lloraba EunKwang aferrándose a la última posibilidad: Que Peniel sintiera pena por él.- ¡Yo lo único que hice fue esforzarme mucho para obtener esas excelentes notas!

-No te esforzaste- clavó el cuchillo en los costados-. Hackeaste el sistema del colegio y cambiaste mis notas.

EunKwang escupió un poco de sangre y sonrió.

-¿Ya lo sabes?- Peniel sacó el cuchillo de un costado y lo clavó en el otro, gritó de dolor mientras chasqueaba los dientes, pero aun así sacó fuerzas y siguió hablando-. ¿Quién te lo dijo?

EunKwang podía estar al borde de la muerte pero seguía siendo un gran hijo de puta.

-No deberías hablar tanto, alguien podría oírte- le removió el cuchillo del costado y lo iba a clavar en el latiente pecho cuando oyó la suave voz de SungJae llamándolo.

-¿DonGeun? Escuché ruidos muy fuertes abajo- SungJae estaba en la biblioteca del segundo piso-. Voy a bajar al primer piso.

Peniel pudo oír como SungJae estaba a punto de bajar las escaleras así que dijo lo primero que se le vino a la cabeza.

-¡No bajes, todo está bien!-exclamó Peniel mientras cubría la boca de EunKwang-. ¡Ve a mi cuarto! Quiero hablar contigo.

-¡Está bien!- respondió SungJae subiendo al tercer piso donde se encontraban las habitaciones.

Peniel clavó el cuchillo en el pecho de EunKwang y lo dejó agonizando.

-Regresaré por ti- le dijo mientras tomaba el cuchillo y lo guardaba en uno de sus bolsillos.

SungJae llegó hasta el cuarto de Peniel y se sentó en la blanda cama. Una idea algo alocada se paseó por su cabeza, quería oler una camisa que Peniel había dejado en la cama.

Le dio un par de rápidas miradas a la camisa indeciso hasta que la llevó directo a sus fosas nasales.

Peniel olía como a merengue de frambuesa y a muchas cosas dulces.

Subió los escalones lentamente hasta el tercer piso, iba a terminar con la vida de SungJae. Seguramente él también estaba involucrado en este asunto al ser amigo de EunKwang. Aunque se haya portado de una manera tan dulce con él no iba a dejar que nadie saliera con vida de su casa.

-Lo siento- susurró mientras entró a su cuarto.

Lo encontró oliendo una de sus camisas y lanzando suspiros enamorados.

-¿SungJae?- dijo asombrado.

-¡DonGeun!- exclamó con un sonrojo en su rostro-. No es lo que parece.

-Estabas oliendo mi camisa…- susurró bajando su mirada al suelo.

-¡Estoy muy enamorado de ti! ¡Esa es la verdad!- gritó SungJae levantándose de la cama y besando intempestivamente a Peniel.

SungJae no supo por qué lo hizo, tal vez fue un reflejo que tuvo al ver que lo habían atrapado haciendo algo tan raro y no dejaría que Peniel se asustara y se fuera de la habitación.

El beso volvió a Peniel a sus sentidos. No podía asesinar a SungJae, era demasiado puro y lindo como para morir.

Apretó la cintura de SungJae contra la suya e intensificó el beso moviendo sus labios en un movimiento lento de adentro hacia afuera. El menor soltó un suspiro mientras sus manos sudaban al sentir que su intrépido beso era correspondido.

Rodeó el cuello de Peniel con sus brazos mientras sentía la felicidad más grande del mundo.

Introdujo su suave lengua en la boca de SungJae mientras este cerraba los ojos disfrutando la calidez y suavidad de la boca del otro.

El chocar de los labios se escuchaba por todo el lugar y las manos de ambos exploraban los cuerpos ajenos con una rapidez enfebrecida.

Ambos cerraron sus ojos para sentir mejor el beso más apasionado que dos personas que apenas se conocen podían darse.

SungJae y Peniel demostraban su mutuo amor.

EunKwang se arrastraba por las escaleras al tercer piso con un solo deseo: destruir a Peniel.

En su mano tenía un enorme cuchillo para cortar pasteles.

Cada escalón que avanzaba más su cuerpo le dolía, un asqueroso rastro de sangre fue dejando a su paso.

Se estaba muriendo pero eso no le impediría terminar con la vida de Peniel.

Cuando llegó al tercer piso vio que la puerta del cuarto de Peniel estaba abierta, una sonrisa llena de sangre se curvó en sus labios y se arrastró hasta el cuarto.

SungJae se alejó un poco de Peniel y abrió los ojos encontrándose con un sangrante EunKwang que arrastrándose agarró del tobillo a el mayor.

-Matalo, SungJae…-susurró mientras escupía más sangre-. Él es un asesino. No es la buena persona que parece.

Peniel salió de su ensoñación al sentir una mano tomar su tobillo.

-¿Qué está sucediendo?- dijo SungJae con lágrimas en su rostro-. EunKwang.

-No lo escuches, SungJae…- dijo Peniel tratando de sacar el cuchillo del bolsillo de su suéter.

SungJae temblaba mientras consideraba que hacer. Sus ojos negros y vivaces se pasearon por el par de expectantes chicos, sus manos sudaban mientras pronunciaba palabras sin sentido.

No quería matar a Peniel, no ahora que ellos se aman.

Peniel no va a morir.

El menor sintió adrenalina, algo que desconocía. Una persona tan tranquila, amable y linda podría ser todo lo contrario a lo que aparenta.

Algo en su cerebro hizo corto cirquito y olvidó toda barrera de niño bueno.

SungJae clavó sus ojos negros en EunKwang con mucha fuerza.

-¿Quieres que lo asesine?- acercó su blanca mano a Peniel-. Dame el cuchillo.

Peniel esbozó una sonrisa infantil en su rostro y se lo entregó.

Los ojos de EunKwang no cabían en su asombro, el niño bien portado del colegio iba a asesinarlo.

-¡Maldito par de locos!- se volvió a arrastrar por su patética vida-. ¡Los dos están locos!

Peniel le pisó los dedos con su zapato mientras le advertía que no iría a ninguna parte.

-La persona que amo desea que tú mueras- acercó el cuchillo hacia el lado izquierdo del pecho de EunKwang.

-Hazlo...-le dijo Peniel con evidente satisfacción.

-Sí, lo haré- SungJae le dedicó una cálida sonrisa y atravesó el duro metal en la piel.

EunKwang gritó muy fuerte mientras las lágrimas salían de su rostro. SungJae en un acto de locura sentía placer al atravesar esa piel, sacaba y enterraba el cuchillo repetidas veces mientras en su juvenil rostro una sonrisa algo sádica pero tierna se formaba.

-¿Lo hago bien, DonGeun?- se giró un segundo a él.

-Lo haces bien, Sungie, clava un poco más en el pecho y cercena su yugular- dijo Peniel tomando su mano-. Vamos a hacerlo juntos.

EunKwang supo que este era su fin, iba a morir por sus malas acciones.

-Y aún soy virgen…-pensó mientras sintió el frío metal cortar su cuello.

EunKwang había muerto.

SungJae clavó el cuchillo en el ojo de su víctima, se levantó y quitó un poco de la sangre que le había salpicado en la cara.

-Yo nunca le haría daño a DonGeun porque yo lo amo y él me ama- abrió sus brazos y lo abrazó.

-Gracias por hacer esto junto a mí- respondió él mientras correspondía el abrazo.

Levantaron sus miradas y se volvieron a besar. Ahora SungJae sabía quién era en realidad, también sabía quién la persona a la cual haría feliz.

No les importó el olor a sangre que inundaba la casa, ya se tenían el uno al otro y ya nada importaba.

Se dirigieron a la cama y pactaron su amor debidamente.

*Luego de 2 semanas*

-Dongeun, no puedo creer aún que tú observaras como mataban a ChangSub- le dijo llorando Nana pues aún no supera la muerte del que era su novio.- Debes de no poder dormir en las noches.

-Lamento no haber hecho nada para salvarlo- le dijo Peniel fingiendo tristeza-.Pero ese asesino me daba demasiado miedo.

-Lo entiendo- dijo ella regresando a su puesto mientras aún lloriqueaba.

Mentir era algo que a Peniel no le gustaba hacer pero en ese momento debió hacerlo. Un asesino inventado los había atacado y había matado a sus compañeros con el resultado de solo él y SungJae como sobrevivientes.

Había escondido el bate y el cuchillo, practicado caras llorosas junto a SungJae con las que engañó cruelmente a cualquier persona que dudara de su inocencia.

Solo eran dos niños que se salvaron por milagro de un salvaje y despiadado asesinato.

Peniel quitó esos recuerdos de su cabeza y fijó su mirada en la entrada del aula esperanzado de ver pronto a SungJae.

Este era un día muy especial porque hoy se reunirán con el jefe de Harvard para pedir la preciada beca para estudiar en Inglaterra.

Con todo el asunto del “asesino” los directores se sintieron tan dolidos que movieron muchas fichas para poder otorgarles una beca a los “chicos de la masacre” como se les había denominado popularmente.

Se habían convertido en una leyenda en su pequeño pueblo.

SungJae entró al curso y fijó sus ojos negros en Peniel. Llevaban casi 2 semanas como pareja pero lo escondían del resto de personas.

-Hola, DonGeun- dijo cuándo se sentó en la banca del frente-. Hoy entra un nuevo estudiante a nuestra clase.

Peniel asintió y le removió el cabello oscuro.

Entró la profesora con una gran sonrisa para impartir clases acompañada por un estudiante de cabello castaño y varios piercings en la oreja.

-Buenos días, estudiantes- se colocó un mechón de su rubio cabello detrás de la oreja-. Les informo que hoy se oficiará una ceremonia en memoria de los estudiantes Seo EunKwang, Lee MinHyuk y Lee Changsub.

Todos bajaron sus miradas acongojados incluso Peniel y SungJae lo hicieron.

-Ahora les presentaré al nuevo estudiante que acaba de ser transferido desde Cánada, Kim Rokhyun- el estudiante hizo una pequeña reverencia.- Él ha ganado la mayoría de los premios filantrópicos de su antiguo colegio y está competiendo por la beca de Harvard.

SungJae tembló en su asiento al igual que Peniel. Ese nuevo chico podía ser competencia así que el de cabellos negros abrió su maleta morada y empezó a sacar lentamente un cuchillo.

-No…-susurró Peniel sonriendo-. Esperemos un poco, Sungie.

-Claro, Peniel- le respondió SungJae haciendo un puchero infantil.

Fin


 Solo queremos decir que haber matado a los chicos de BTOB no fue tan bonito, la verdad no pudimos dormir después de haberlo escrito.

 Sabemos que es muy violento y a la mayoría no les gustará pero así somos.
YuleSaku.






1 comentario:

  1. OMG que increíble, ME ENCANTA, es wow, ambos son asesinos y se amana kyaaa, no puedo con tanto, me encantó como mezclaste esta trama con esa hermosa pareja, amo a esos dos, siento que nacieron para estar juntos~

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