lunes, 29 de julio de 2013

Capítulo 7- Historias Cruzadas

Hola ^^

Ya sé que nos retrasamos, otra vez, pero ya pues, espero que les guste mucho el cap, lo hicimos con mucho cairiño. Lean, estará interesante.
 Haremos preguntas desde ahora en adelante, dudo que pongan coments así que veré otra forma de hacer para que voten.

¿Qué lemon quiere primero? ¿EunHae o SiChul?

Voten.

Las quiere YuleSaku



POV DongHee.

No era muy bonito ver a mis alumnos comerse los unos a los otros, niños ensangrentados corrían de un lado a otro y yo escondido como “buen profesor” de Literatura.

Si solo hubiera sabido que esto iba a pasar les hubiera dado instrucciones a mis alumnos sobre cómo enfrentarse frente a una oleada de “zombies” pues eso parecían, sabía que ese término era muy viejo y solo se lo usaban para películas del siglo 21. Era profesor de Literatura pero me encantaba la Historia de los años pasados.

Pero como aquellas películas viejísimas todo tenía un comienzo y eso no era necesariamente un virus derramado “a propósito”. ¡Bingo! Si tenía un propósito y eso era acabar con la sobrepoblación, las farmacias estaban hartas de toda esta tontería de la hambruna y esas cosas. Yo, lamentablemente, era solo un profesor con dinero hasta la cabeza.

Ya habían pasado exactamente 8 horas desde el ataque al centro comercial Gagnam12, seguramente seguiría a los centros donde estaba esos restaurantes de comida chatarra y posiblemente a los estrados donde se encontraba el viejo ese del Presidente de Corea del Sur.

Escondido en el restaurante, después de “asesinar” a la cocinera con una espátula multiusos, buscaba las necesidades y propósitos para vivir.

-¡Violet! ¡Violet! ¡¿Dónde estás?!- escuché una voz conocida gritar el nombre de una de mis alumnas-. ¿Dónde estás?- la escuché sollozar.

Salí asustado pues sentía que con el nombre de mi alumna yo tenía toda responsabilidad de decirle que seguramente ya era comida o estaba comiendo a otras personas.

-¡Tú!- gritó cuando me vio caminando asustado-. ¡Tú eras el responsable de cuidarla! Dime dónde está o juro que acabarás como esas bestias que maté allá atrás.

Me cogió de la camisa con una fuerza inhumana, claro, para una mujer tan frágil y con curvas perfectas como era ella, tenía su cara tan delicada y su piel muy blanca, su cabello que cuando vino a dejar a su hermana a mis manos estaba suelto ahora era agarrado por una cola.

-Ella-Ella se ha ido, no tengo idea de donde pudiera estar- le dije tartamudeando.

Me soltó, bajó la cabeza y apretó su arma contra su pecho.

-¡Maldito!- cerré los ojos esperando un impacto contra mi rostro.

-¡No quise dejarla sola!- exclamé poniendo mis brazos contra mi cabeza tratando de defenderme y medio abrí los ojos.

-Te creo- suelto el arma y se desplomó en el suelo, se veía tan frágil- Ya no quiero pelear.

Un par de lágrimas se deslizaron por sus mejillas, me arrodille hasta ella y alcé su barbilla. Corría el riesgo de que me golpeara o incluso peor de que me matara…pero aquella persona lanzada en el suelo me parecía una niña desvalida.

-No pierdas la esperanza- quite un mechón de cabello de su cara-. Violet estará bien pues tú eres su hermana, la fortaleza es de familia o eso creo.

-Gracias por esto, DongHee- mi corazón se aceleró rápidamente al escuchar mi nombre salir de sus labios-. Te has ganado el privilegio de no ser asesinado por mí.

Ella recordó mi nombre y no quiere matarme…

Entonces noté la situación extraña en la que estábamos, yo agarrando su barbilla y ella mirándome con ojos brillosos.

De una me volví a levantar y limpié mi saco con premura mientras ella dejaba escapar una risilla que contrastó con los gemidos de las bestias que se acercaban.

-Tenemos que irnos- se levantó del piso y limpió con sus manos el vestido negro que usaba-. Me caes bien pero ahora espero que no te de miedo subir los más de 30 pisos hasta el tejado de este edificio…nos espera una avión.

-No tendré miedo- pegué más fuerte contra mí el bolso de trabajo-. ¿Trabajas para EsMent, no es así?

Sus ojos se tornaron amedrentados como si la hubiera insultado.

-No confirmaré y negaré nada- sacó una pistola de 9mm de el estuche de armamentos que tenía en su espalda- Subamos.

Caminamos lentamente y muy cerca, tan cerca que podía sentir su respiración muy cerca de mí. Al girar en una esquina vimos a una maestra siendo devorada por hambrientos niños de preescolar, el sonido de la carne siendo arrancada amplificada por la acústica del lugar era horrible.

-No hagas ni un ruido.

-Claro…Alice- dije su nombre y pude ver una imperceptible sonrisa en sus labios.

Subimos las escaleras pues ella ignoro mi requerimiento de subir por el elevador pues había pasado cerca del lugar y estaba lleno de adolescentes zombies llenos de acné.

Luego de 10 pisos que estuvieron raramente sin ninguna presencia de algún ser de aquellos decidí preguntar algo que me tenía dando vueltas por la cabeza.

-¿Si no trabajas para el Esment, entonces como sabías que aquellos monstruos comían gente y que debías armarte con esas cosas?- señalé la enorme metralleta que colgaba de su espalda.

-Haces muchas preguntas- sacó un cuchillo de un secreto compartimiento de su pierna y lo apuntó a mi garganta- Si trabajo para la Esment y yo sabía lo que iba a pasar.

Me detuve en el lugar en el que estaba golpeado por la falta moralidad de Alice.

-Te callaste todo lo que iba a pasar- y me miró con sus ojos negros iracundamente-. Dejaste que estas personas murieran.

Ella acercó el cuchillo más hacia mi cuello y rechinando sus blancos dientes dijo:

-Vuelve a decir que es mi culpa y te mato, ¿escuchaste?

-Si hablaba todo lo que amo hubiera sido destruido por Soo Man y todo lo que amo es Violet, yo no iba a dar su preciosa vida por la de los demás.

-Egoísta- murmuré con dificultad.

-Inepto profesor- quitó el cuchillo de mi cuello y lo volvió a guardar en su comportamiento.

Un rugido escapó de un lugar escaleras abajo.

-¿Qué es eso?- pregunté aferrando la muñeca de Alice.

-No lo sé- se mordió el labio.

Al decir esto un enorme ser de casi 3 metros de altura irrumpió en su conversación alzando sus brazos venosos queriendo estamparlos contra el frágil cuerpo de Alice.

-¡Alice!- exclamé apartándonos del camino mientras aquel ser monstruo frustrado golpeando el piso.

-Una shotgun entre los ojos – murmuró Alice sacando aquella arma de su espalda-. Un golpe certero en las canillas.

-Cálmate- le dije mientras ella temblaba y apuntaba el arma contra “eso”-. Estás demasiado nerviosa.

-Yo nací para matar- dijo ella mientras plantaba sus botas negras en el piso con fuerza-. ¡Hey! ¡Aberrosidad!

Aquel monstruo giró sus ojos verdes y brazos hacia la voz.

-¡Trágate esto!- disparó el arma y una enorme bala ácida se implantó en esos ojos verdes-. ¡Muere!

El ser destilaba pus verde de su cabeza pero seguía buscando la voz de Alice mientras ella se adelantaba y empuñando un cuchillo se acercó hasta sus canillas y las desgarró de un tajo.

El monstruo soltó un quejido lastimero y cayó al suelo rendido igual que Alice.

-¡¿Estás bien?!- corrí hasta su cuerpo en el piso.

-Sí, estoy bien- murmuró ella tratando de ponerse de pie pero fallando-. Esto suele pasar cuando llego a mi límite.

-Vamos- la tomé entre mis brazos como si de mi esposa se tratara y seguí caminando por las escaleras.

Ella pesaba mucho y no era porque fuera gorda es solo que una shotgun, metralleta y otras armas de las que conozco el nombro estaban colocadas en mi espalda.

-Creía que era una egoísta- sus ojos negros brillaban-. No necesito que me salves.

-Debo al menos mantener mi puesto de hombre, ¿no lo crees?

-Tal vez si soy una egoísta y sádica persona con problemas pero es muy tarde para cambiar…por otra parte no quisiera que Violet siguiera mis pasos.

-Tiene tu sangre- me moví un poco incómodo-. Es imposible que no sea como tú.

-Hey- dijo fingiendo enojo mientras sus labios se curvaban en una sonrisa-. Si me ocurre algo… ¿Podrías cuidar a Violet?

-Lo haré- removí unos mechones de cabellos que caían sobre sus ojos-. Es una promesa.

La bajé para descansar un rato, ella enseguida fue por su maleta y de ahí sacó una especie de comunicador visual, aplastó unas teclas y empezó a sonar, después una imagen salió de la pantalla, era mi estudiante, Violet.

-¡Violet! Cariño, estás bien. Que alegría… ¿Cómo sobreviviste? ¿Con quién estás? ¿Dónde estás? ¿Te mordieron? ¿Estás herida?- dijo casi gritando.

-Estoy bien, solo un poco cansada. Estoy con un chico aquí a mi lado- cogió la cabeza de un muchacho y se la enseñó-. ¿No es feo?

Decidí no molestar pues la relación que tenían aquellas hermanas no la podía comprender tan bien del todo, caminé hacia a la esquina mientras veía a Alice casi llorar de la alegría al ver a su pequeña hermana sana y salva a lado de un muchacho que parecía agradable.

Después de unos cuantos minutos, las cosas esas regresaron y nos atacaron de nuevo. Le grité que ahí venían, y no fue hasta que se dio cuenta de que la estaban por atacar a ella, yo peleaba con algunos de ellos lanzando balas y ella también lo hacía, la señal de su hermana se fue y tuvimos que desconectarnos de la señal y salir corriendo hasta que estuviéramos a salvo.

-Mierda… Violet va a pensar que me pasó algo- dijo en urmuros.

-Tranquila, ella sabe que estarás bien, estás a lado mío.

Sonrió y se posó frente a mi, mató un zombie que iba detrás de mí y rió.

-Ahora cárgame, espero que tus brazos me acunen para que no piense en ella.

Luego de unas horas en las que tuve que pararme a descansar o buscar nuevas vías para tratar de evitar a las bestias logramos llegar a la azotea donde un enorme helicóptero se presentaba imponente ante nosotros.

-Cosette- dijo ella bajando de mis brazos y dando pasos lentos hacia el artefacto-. Es bueno saber que has logrado escapar del hangar.

-Gracias, Srta. Alice- una voz robótica emergió del artefacto-. La ruta que ha elegido ya está programada.

-Saldremos mañana a las 08:00 de la mañana.

-Está bien- movió sus aspas infantilmente-. Descanse Srta. Alice.

-Ese es un...un...- tartamudee al observar aquel helicóptero hablante.

-Un Sacred Gear 200, el helicóptero con la mayor inteligencia de nuestros tiempos.

-Te deben de pagar mucho como agente de la EsMent- dije algo molesto.

Ella me dedicó una mirada furiosa, giró los ojos y sacó un par de mantas del helicóptero.

-Vamos a dormir- me llamó moviendo su mano y palmeando el interior acolchado del artefacto.

Sonreí de lado y me acerqué hasta ella.

-Me gustas Alice.

-Tú también, DongHee- dijo ella atrapando mis labios entre los suyos.

*Al siguiente día*

Me removí en las sábanas chocando sin querer mi cuerpo contra el de Alice. Tenía los sonrojados labios abiertos ligeramente y todo el flequillo sobre sus ojos.

-Despierta- la moví lentamente- son las 7:30 de la mañana.

Ella parpadeó un poco y se desperezó.

-Buenos días, DongHee- quito la sábana de su cuerpo y ajustó su traje que estaba algo arrugado.

-Vamos por tu hermana- ella me miró con ojos vidriosos mientras ajustaba las correas de donde colgaría sus armas-. Ella está bien.

-Tienes razón- recogió su cabello en una coleta-. No perdamos el tiempo.

Me senté en el asiento del copiloto en la cabina de mando, me coloqué el casco y lo mismo hizo ella.

-Sistema de vuelo activado, altura ajustada- dijo Cosette, el helicóptero-. Vamos a partir, Srta. Alice.

-Hacia el restaurante “Refugio del Olimpio”- dijo ella entre dientes mientras las aspas se movían con fuerza el artefacto.

Ya en el aire observamos claramente la calidad de destrucción que nos rodeaba, carros desvencijados, familias rodeadas de monstruos, personas siendo mordidas y más.

-¿Tenía razones válidas para hacer esto tu jefe?- pregunté.

-Claro que las tiene, la humanidad debe ser preservada y solo los más aptos sobreviven. Esto solo es selección natural de Darwin.

Al llegar a aquel restaurante, en las afueras observamos a mucha distancia a un chico de cabello rubio con un arma apuntada hacia su cabeza, la misma que era empuñada por una persona de apariencia alocada. También estaba Violet siendo sostenida por fuerza por un par de corpulentos tipos mientras ella pataleaba para separarse y otro chico de cabello muy negro, cabeza muy grande y que les escupía a sus prisioneros.

-¡Violet!- exclamó Alice en evidente estado de shock y furia.

Aterrizó intempestivamente en la calle sin importarle nada y sin siquiera apagar el helicóptero, salió como una tromba del artefacto mientras empuñaba su metralleta con furia.

-¡Malditos!- apuntó al brazo de uno de ellos y disparó-¡Suéltenla!

-¡Hermana!- exclamó Violet mientras yo apagaba el artefacto y descendía con una 9 mm en mis manos.

-¡Alice!- dije tratando de calmarla pues estaba con una mirada furiosa llenando de agujeros de bala a cada una de las personas que trataban de lastimar a su hermana.-¡Para!

-¡¿Cómo se atreven a provocarle el llanto?!- golpeó al chico que sostenía al muchacho rubio.

-¡Estás loca!- exclamó el que estaba siendo escupido por el muchacho de cabello negro mientras sacaba un cuchillo de su bolsillo-. ¡Te vamos a asesinar y robaremos tu tarjeta deliciosa millonaria!

-¡No me hagas reír!- se acercó a él con los ojos inyectados de furia-. ¡Muere, escoria!

Sacó aquella shogun de balas de ácido volando por completo cualquier rastro de su cabeza. Sus ojos estaban cubiertos de lágrimas mientras corría hacia Violet quien la recibió con sus brazos abiertos.

-Soy JongWoon- el chico del cabello negro se acercó a mí sobando su muñeca roja-. ¿Usted debe ser el novio de Alice?

-No, solo soy un conocido- me sonrojé-. Tú debes ser el chico que cuidó de Violet, hiciste un gran trabajo.

-Ella se podía cuidar sola, créame- sonrió ampliamente mientras veía a las 2 hermanas abrazarse.

-Soy Park JungSoo- aquel hombre de cabello rubio se acercó también-. Vi a los dos chicos en problemas y decidí ayudarlos pero también trataron de quitarme mi tarjeta- me enseñó su identificación con la mancha azul.

¿Azul?- recorrí con mi mirada a JungSoo y pude notar la baja calidad de su ropa-. ¿Cómo puede esta persona tener tarjeta azul? Luce como si fuera de clase baja.

-JungSoo… ¿Estás solo?

-No- tocó con sus manos un anillo negro que presumí era de casamiento-. Estaba con mi esposo, Kim YoungWoon pero huí de él para poder rescatarlos a ellos.

-¿Dijiste Kim YoungWoon?- Alice se acercó a nosotros con ojos furiosos.

-Yo...yo- JungSoo tartamudeó- Sí, Kim YoungWoon…es mi esposo.

Entonces detrás de un contenedor de basura apareció un hombre algo corpulento con aquel mismo anillo negro y una 9 mm.

-¿Me buscabas, Alice?- ella sacó su shotgun y la apuntó contra aquella persona.- O debería llamarte: Alice guardia personal de Lee So Man, presidente de la EsMent.

-Creí que no sobrevivirías escoria…Kim YoungWoon abogado de la EsMent.

POV JongWoon

Le moví los hombros rápidamente para que despertara, abrió los ojos y bajó la mirada.

-Ya hay que irnos- se levantó, apretó sus trenzas y me dio la mano para que yo me levantase.

Cogí la regla, esa pequeña cosa que me salvó la vida hace unas pocas horas, porque sinceramente yo ni Violet habíamos conseguido dormir del todo pues los sonidos de carne desgarrada y niños gritando nos aturdían y a la vez nos asustaban.

-Tengo un sueño del…- dijo estirándose antes de que yo la interrumpiera.

-¿Quién te enseñó esas palabras, jovencita? ¿Acaso tu hermana no te enseñó buenos modales?

-Mi hermana me enseñó todo lo que se necesita para sobrevivir, no todo para ser aceptada por la sociedad, no quiero sentarme cruzando las piernas ni aprender a beber el té.

-Okey, te entiendo, ¿por qué eres tan a la defensiva?

-Es hereditario… Si conocieras a mi hermana no sabría qué harías.

-¿Tan peligrosa es? ¿Al menos sabes dónde trabaja?- negó.

-Hasta la vez me lo quiere decir, dice que si me entero no le hablaría en miles de años, aunque no creo que sea nada malo ni pésimo, ni que ella matara personas o algo parecido.

-Es verdad, yo tampoco creo que haga eso peor que eso no puede ser, tal vez sea protectora o algo así- se encogió de hombros.

-Yo sé que un día me enteraré a qué se dedica- sonrió y abrió la puerta, un grito de ella por una de esas cosas y el primer derrame de sangre del día.

Caminábamos tranquilamente, casi en puntillas, ni habíamos pasado una hora y ya me dolían los brazos de tanto pegar monstruos con la regla, Violet me ayudaba con su gran mente, me decía donde probablemente habría esas cosas y dónde era más corto para llegar a la salida.

Gracias a un dios salimos de la escuela, el instituto quedaba casi en el centro así que vimos todo el “espectáculo” que dio un señor en una pantalla gigante.

Decía que las personas que tenían una marca azul en la credencial estaban salvadas, saqué la mía y –Oh, sorpresa tengo azul…-pensé con sarcasmo, era obvio que me iba a salvar, mis padres podrían comprar (si quisieran) una ciudadela, y solo tenía que ir al lugar ese que me dijo la hermana de Violet y estaría salvado.

Vi la Violet y tenía igual, sonrió y me abrazó.

-¡Estamos salvados!- eso no contrastó con los gritos de las personas que no tenían nuestra misma suerte, pero claro, a mí no me importaba las demás personas en lo absoluto.

Yo era un egoísta en todo su resplandor, me valía lo que hacían los otros con tal de que esté bien para mí, y Violet era igual, reíamos y gritábamos mientras gente lloraba.

Y mi mente egoísta decía que yo no más estaba con Violet para que yo me salvara, pero ya le tenía un aprecio muy grande a esa niña que creí que no solo era por eso, me inspiraba confianza y sobre todo me comprendía.

Terminamos con nuestro parloteo ya que mucha gente empujaba, la cogí del brazo y fuimos a un lugar menos “estrecho”.

Hasta que un momento vi al inútil de DongHae lastimado con un tacón el tobillo, el pobre muchacho lloraba y todo, si no fuera por la gente hubiera corrido y lo ayudara…tal vez no.

Tenía a ese estúpido pero de carne y hueso en sus manos. Violet al ver lo que yo también miraba abrió los ojos y aquel perro corrió hacia ella, tenía miedo pues parecía que no era de fiar, o algo así.

-¡Violet!- la agarré más fuerte del brazo y la obligué a caminar-. DongHae.

-Vete, JongWoon- sonrió casi de manera agonizante-. Llévate a mi perro, Violet.

Asintió y yo la arrastré hacia nuestro camino.

-No debiste coger a ese perro… DongHae te molestará toda la vida con sus declaraciones de “Tocaste a mi perro, deberías estar alegre de haber tocado a un perro de verdad”- lo imité con las misma forma ridícula que habla.

-Qué importa lo que venga después, disfrutaré de aquella maravillosa criatura.

Sonreímos y nos subimos a unos scooters que aún tenían llaves y que funcionaba con gasolina, que suerte, al parecer el ataque EMP no corrige las cosas de hace tiempos.

Entramos por un callejón que supuse (gracias al GP3 que cargaba en mi maleta) era el restaurante en que nos íbamos a encontrar, digo, yo y la hermana de Violet.

Entramos al local, y primero revisamos si había una de esas cosas rondando por ahí, nos sentamos en una de las mesas y prácticamente devoramos todo el contenido de esa refrigeradora y el estante de comidas chatarra.

Pipones y relajados estábamos esperando a la hermana de Violet.

-Creo que estaremos mejor de ahora en adelante… Dime… ¿Tus padres te esperan en el aeropuerto?- asentí sorbiendo jugo de manzana-. Que suerte tienes al tener unos padres así.

-Lo sé, soy genial- toqué mi barbilla-. Ya quiero conocer a tu hermana, me mata la curiosidad.

Alzó una ceja y sonrió, me picó con el dedo la cara y rió.

-Tiene 26 años, y no creo que piense en casarse con un chavo de 18 años con cabeza muy grande.

-No es por eso. No pienso casarme en mí vida, solo quiero saber a qué se dedica, con las cosas que me has dicho supongo que es algo más…

-No lo digas- se puso seria-. Si dices que es una especie de sicario no te vuelvo a hablar ¿vale?

Parecía molesta, no sé, con la actitud de que se lo dije y como me ha dicho que es aquella muchacha supongo seriamente que es una sicario o algo parecido.

-Okey, solo lo decía… ¿Puedes ir a verme otro jugo de manzana? Ya me acabé el mío.

Me torció los ojos y se levantó de la mesa, yo la esperé sentado tranquilamente.

Después de algunos minutos, Violet no regresaba y ya me estaba empezando a preocupar, me levanté de la mesa y cogí la regla que tenía de protección, me armé de ella y unos pasos más y ya estaba temblando.

-¿Violet? ¿Dónde estás?- susurré asustado de que le pasara algo-. No es momento de risa.

Entré a la cocina y la encontré de frente con un hombre de mal aspecto, ella estaba siendo apuntada con una pistola en la cabeza, estaba llorando y no podía hablar pues le estaban tapando la boca, sus ojos mostraban miedo y súplica…

Que idiota eres, JongWoon…

-¡Violet! ¡Resiste!- grité acercándome y paré al momento de sentir una pistola en mi cabeza.

-Tranquilo, niño bonito…- escuché la voz de posiblemente un loco maniático-. Suelta lo que tienes en la mano- solté la ensangrentada regla y coloqué mis manos en la cabeza.

-Si quieren dinero, les aseguro que no tenemos nada.

-¿Y desde cuando el dinero importa en estos últimos días?- me arrastró hasta la mesa y me colocó contra ella fuertemente logrando que mi cuerpo se estrellara, un grito de dolor salió por mi boca y sangre corría por mis brazos raspados.

-¡JongWoon!- gritó Violet sin contenerse, llorando aún más.

-¡Callate! Mocosa estúpida, cállate si no quieres que te hagamos lo mismo.

Comenzaron a registrarnos las cosas de los bolsillos, no podía ver como a Violet la toqueteaban, y yo supuestamente “su salvador” seguía sin hacer nada, su hermana confió en mí y yo postrado en una mesa mientras veía los gritos y lloros de ella.

Encontraron nuestras identificaciones y sonrieron al ver que teníamos la marca azul.

-Te lo dije, estos niños ricos tenían que tener la maldita marca azul…

-Espero que esto funcione…- no terminaron de decir esa frase completa porque escucharon a un auto entrar a uno de los estacionamientos.

-Anda a mirar quien es- le dijo el que me tenía al que revisaba las cosas de mi maleta y se las guardaba, sonrió y a nosotros nos llevaron a una especie de garaje cerca de la entrada del restaurante.

-Es un auto, parece viejo y de muy mala garantía, pero el hombre que va a lado del otro parece tener dinero, creo que vamos a ganar doble- dijo con su voz asquerosa.

Cuando los tres estuvieron dentro, nos dijeron que hagamos una pequeña actuación, que yo saliera y les dijera que mi hermana (en este casi Violet) estaba en problemas y así poder llamar la atención de esos dos desconocidos, y si no lo hacía seguramente me perforarían la frente.

Que genial idea, idiotas… ¬¬’

Tuve que salir y decirles que “mi hermana” estaba en problemas.

-¡Ayúdeme por favor! Se lo suplico- tenía sangre en la cabeza producto del golpe que me habían dado en la mesa-. Mi hermanita está atrapada debajo de una cama y si se queda más tiempo ahí va a morir.

-Hay que ayudarlos, no los podemos dejar así- dijo uno de los señores, el que no parecía rico.

-¿Cómo sabemos que dice la verdad? ¿Y si quiere tu tarjeta?- le dijo el que sí parecía rico e importante, parecían ser pareja.

-Es solo un muchacho, ¿cómo piensas dejarlo? No me importa si no me quieres acompañar, iré solo- se soltó del agarra bruscamente y salió corriendo hacia a mi.

No vengas, por favor no vengas…

-¿Estás bien?- me preguntó, asentí maldiciendo por dentro-. ¿Dónde está tu hermanita?

-Aquí, idiota…- dijo uno de los ladrones saliendo de la oscuridad para apuntarle a aquel señor con una pistola. Vi a todos lados y el otro, el que parecía rico había desaparecido.

De repente sentimos el sonido de las hélices de un helicóptero en el techo, después de una cuerda bajó lo que parecía una chica muy bonita, a primera vista supe que era la hermana de Violet, no era como la imaginaba. Tenía un pelo muy largo y negro, su cuerpo era muy bonito y perfecto, con ojos grandes, y muy blanca. Venía acompañada por un profesor si mal no lo recuerdo, el profesor de Literatura de mi colegio.

-¡Violet!- exclamó su hermana en evidente estado de shock y furia.

-¡Malditos!- apuntó y disparó-¡Suéltenla!

-¡Hermana!- exclamó Violet.

-¡Alice! ¡Para!- dijo el profesor de Literatura.

-¡¿Cómo se atreven a provocarle el llanto?!- golpeó al chico que sostenía al señor rubio.

-¡Estás loca!- exclamó el que me tenía aprisionado y yo le escupía para que se distrajera-. ¡Te vamos a asesinar y robaremos tu tarjeta deliciosa millonaria!

-¡No me hagas reír!- se acercó a él como loca, y sin importarle que yo estaba ahí le disparó en la frente provocándome un gran sonido de aturdimientos que me hicieron casi sangrar los oídos-. ¡Muere, escoria!

¿Quién es esta chica? Está loca…

Corrió hacia Violet y se abrazaron mutuamente.

Había dos cosas que no entendía, ¿qué clase de entrenamientos recibía? Mató a todas esas personas en menos de 3 minutos y ella sola, sin la ayuda de nadie. Tampoco entendía el porqué del cariño de Violet, ella vio como su querida hermana mataba a todos sin compasión y no le importó pues enseguida la abrazó.

-Soy JongWoon- me acerqué al profesor de Literatura-. ¿Usted debe ser el novio de Alice?

-No, solo soy un conocido. Tú debes ser el chico que cuidó de Violet, hiciste un gran trabajo.

-Ella se podía cuidar sola, créame- sonreí aun cuando me sentía angustiado por Violet y el comportamientos que seguramente adquiriría, similar al de Alice.

-Soy Park JungSoo- el que nos quiso salvar-. Vi a los dos chicos en problemas y decidí ayudarlos pero también trataron de quitarme mi tarjeta- enseñó su identificación con la mancha azul.

Y yo también reaccioné sorprendido, ¿cómo puede tener una tarjeta azul mostrando ese aspecto? Y además parecía un simple trabajador, y no del gobierno. Enseguida creí que algo se había arreglado para que tuviera ese privilegio.

Aquí algo anda mal… Y creo que tiene que ver con aquel hombre que lo acompañaba.

-JungSoo… ¿Estás solo?- preguntó el profesor.

-No- tocó con sus manos un anillo negro-. Estaba con mi esposo, Kim YoungWoon pero huí de él para poder rescatarlos a ellos.

-¿Dijiste Kim YoungWoon?- Alice dejó de abrazar a Violet y se acercó violentamente a nosotros.

-Yo...yo- JungSoo (ahora ya sabía su nombre) tartamudeó- Sí, Kim YoungWoon…es mi esposo.

Entonces detrás de un contenedor de basura apareció el que acompañaba a JungSoo, corpulento y parecía haber tenido el mismo entrenamiento que Alice, cargaba aquel mismo anillo negro y una 9 mm.

-¿Me buscabas, Alice?- abrió sus ojos y enseguida sacó una shotgun de sus espalda apuntándolo hacía él.- O debería llamarte: Alice guardia personal de Lee So Man, presidente de la EsMent.

-Creí que no sobrevivirías escoria…Kim YoungWoon abogado de la EsMent.

Y los dos se apuntaron a sí mismos.

POV YoungWoon

*Flashback, 14:00, Miércoles, Compañía EsMent, hace unas semanas atrás*

-¿Vas a venir a mi casa esta noche, JungSoo?- pregunté por el teléfono a mi esposo.

-No lo sé, creo que no, tengo mucho trabajo, además es mi primer día aquí, tengo que sacar los mejor de mí- dijo inocentemente.

-Que mal, quería que me preparas esa deliciosa comida que solo tú sabes…

-No me hagas sonrojar, tengo que irme, hablamos después.

-Está bien, te amo…- recibí un “también” y los dos colgamos.

Sabía que estaba mal mentirle, pero también sabía que si se enterara que era el abogado de la EsMent se divorciaría de mi, me odiaría y nunca volvería a saber de él.

Y por otro lado si se lo contaba a alguien que no era parte de la compañía, seguramente SooMan se enteraría, lo mandaría a matar, y no, lo amo demasiado para saber que alguien de esa sucia empresa tocara un centímetro de su bella piel.

Pronto me retiraría de aquel trabajo, buscaría otro bueno y no más secretos.

Pero esa no era mi preocupación, como yo sabía todas las cosas retorcidas que hizo, que hace y que hará Soo Man no podía despegarme de él y mi mente vivía atormentada. Estaba seguro que el haría un apocalipsis y la sobrepoblación…personas pobres…como JungSoo morirían.

No puedo dejar que él muera.

Simplemente no puedo.

Entré decidido mientras ajustaba mi corbata para poder encontrarme en una reunión con Soo Man y contarle el retorcido plan que pienso poner en marcha para salvar a mi esposo.

-YoungWoon- pronunció él con su voz fría-. ¿Por qué querías verme?

No sé si era el helado ambiente o el cuarto tapizado con color sangre lo que me hacía temblar.

-Sé que planeas usar el virus que le quitaste a KiBum hace tiempo para desaparecer a la gente pobre de Corea.

-Eres muy listo por eso eres mi mano derecha- movió entre sus manos un frasco de color verdoso.

-Si conozco a alguien…- arqueó las cejas extrañado-. Alguien...pobre… ¿Podría salvarlo?

Él me miró y soltó una carcajada.

-No sabía que te juntabas con gente pobre…Claro que hay manera de salvar a alguien pero sabes que con Soo Man nada es gratis.

-Te daré el dinero que necesites, si eso es lo que quieres- me acerqué a él temeroso.

-Tú guardas mis más oscuros secretos, YoungWoon y por eso que estés vivo no es una ventaja y yo no me manejo de esa manera.

-Escucha bien, sé que contigo nada es fácil, y eso lo sé desde que te conocí- me acerqué y coloqué mis manos en el escritorio-. Yo sé todo sobre ti, cuantas cosas sé y pueden salirse de mi boca en un momento… Qué tal si le digo a la prensa que tú fuiste el creador de Cristhine45 o qué tal si digo que estás por soltar un virus que destruya a todo el mundo.

Me miró con ojos llenos de furia.

-Tienes hombres y armamentos nucleares, pero de qué sirve eso sin personas millonarias que compren tus medicinas, si lo digo tos estás acabado, hasta sé el secreto de tu guardaespaldas Alice Robinson, sin esa chica no eres nadas más que un viejo malvado y retorcido.

-Tal vez sea retorcido, pero solo doy vida a lo que merecen vivir.

-Bueno, es tu criterio…- volví a mi asiento tranquilamente-. SooMan, si no quieres que diga nada necesitaré tu ayuda, la ayuda que nunca me diste.

-¿Quieres una tarjeta azul?- asentí-. Te la daré- se agachó y modificó todo- Nombre:

-Park JungSoo- respondí fuerte y claro, sonrió con esos dientes que daban asco al ver que era una persona de bajos recursos.

-¿Cómo estás relacionado con esta persona tan fea y pobre?- dijo sarcásticamente.

-Cállate si no quieres que te rompa esa boca tan linda, solo sigue con el proceso y me iré.

-Está bien- me estiró la nueva identificación de Leeteuk, me levanté y coloqué mi mano en el arme que tenía escondida, con ese hombre no se sabe si va a atacar o no.

-Gracias SooMan…- y como supuse, de no sé dónde sacó una arma, igualmente yo, estábamos apuntándonos mutuamente-. No olvides que tengo un entrenamiento gracias a ti.

-Si le dijera a Alice que te matara ya estuvieras en la tumba, tú sabes que con solo un botón puede venir acá y volarte los sesos en un dos por tres.

-No lo harías, y si lo haces tengo un registro de todas los secretos de tu y de tu empresa, apenas muera eso se sabrá en mi testamento, tu sabes… Kim RyeoWook la cura, está su vida en juego, y yo puedo ayudar para que sobreviva, manejo una parte considerable de esta empresa… Por favor, SooMan, tienes el mejor abogado del mundo frente a ti, el que te salva de todas y que encubre todo, ¿crees que matándome vas a lograr deshacerte de mí? No lo creo.

Suspiró y bajó el arma.

-Es verdad, tienes toda la razón, sin ti no sería nadie… Todos me han acabado fallando, mi mejor científico Kim KiBum y ahora tu YoungWoon, será difícil encontrar a alguien como tú.

-Suerte con eso- le arranqué la tarjeta y me fui de la sala.

Me posé secretamente detrás de las cámaras de seguridad y oí lo que esperaba, escondido, detrás de la puerta de la oficina de SooMan.

-Alice, mi amor, tengo un trabajo para ti- dijo llamando a su guardaespaldas personal.

Cómo lo supuse, Alice, nos veremos pronto, debo estar preparado.

A llegar a mi casa, un poco afligido por lo de hace rato, vi que la luz de mi departamento estaba encendida, por el trauma vivido, enseguida pensé que era Alice Robinson ya esperándome en el lugar de mi muerte.

Abrí la puerta temeroso y escuché esa dulce voz.

-Cariño, regresaste, te estaba esperando- era Leeteuk sorprendiéndome mientras cocinaba con su delantal favorito-. Te hice tu platillo que te encanta.

Sonreí aliviado y me acerqué para darle un beso en la frente, sentí impotencia al verlo tan inocente y lo abracé.

-¿Estás bien? Pareces, no sé, parece que estás temblando.

-Tranquilo, estoy bien. ¿Cómo te fue el primer día de trabajo? Pensé que ibas a estar muy ocupado- le sonreí hipócritamente.

-Salí temprano, pero estuvo de maravilla, conocí a un nuevo chico, se llama Kim RyeoWook- me enseñó una foto de ellos dos, JungSoo sonreía felizmente mientras el otro tenía su cara gacha y aburrida.

Mierda… Si no me equivoco es la cura…

-¿Cómo es él? ¿Te hizo algo malo?- sabía de lo que era capaz el poder de aquel muchacho.

-No, antes, es muy tranquilo y pasivo, me cae súper bien. Aunque a veces creo que tiene una vida miserable.

Sonreí y lo seguí abrazando, saqué a Leeteuk de un problema pero yo…

JungSoo, tú ya estás salvado, pero yo… Ahora yo necesito pelear por mi vida.

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