domingo, 21 de abril de 2013

Violento SeungHyun y Sensible KyuHyun- Capitulo 4




*DESPUÉS DE TRES DÍAS* 

-¡SeungHyun!- grité entre gemidos sintiendo como su velocidad aumentaba. 

Dio fin a su frenética danza, salió de mí, tomó su bóxer del suelo y se lo colocó. Regresó con mi ropa, me la dio y solamente me puse los jeans. 

Se recostó a mi lado y me abrazó dulcemente mientras sentía sus latidos retumbar en mi oído. 

-Ha sido estupendo- dije mientras empezaba a recobrar el aliento-. Te-Te quiero Seung. 

-Me gustas mucho, Ryeo- acercó sus manos a mi rostro acariciando suavemente mis facciones. 

Me sentía tan delicado cada vez que su piel rozaba la mía cómo sí fuera un pequeño diamante. Tomó mi barbilla y nos dimos un beso un poco largo cómo cualquier otro. 

Estábamos en su casa y no había visto a KyuHyun en tres largos días. Mi idea de solución era más que patética. 

Buscaba esconderme de la realidad teniendo sexo con SeungHyun, estando en su casa no pensaría en Kyu y en su gran declaración de amor. 

Tenía que ajustar cuentas con KyuHyun, era miedo que sentía de incidir nuevamente dejando que se sobrepase de la débil línea somos-solo-amigos y volver a caer en su deliciosa tentación 

-¿Ya lo has pensado?- preguntó en un susurro al separarse de mis labios. 

-¿Sobre quedarme a vivir aquí contigo?- hizo una afirmación-. No, gracias. 

Mi decisión ya estaba tomada-aunque no fuera un niño pequeño- no lo dejaría solo y a su suerte. 

Tampoco le tomaba asunto al hecho de que no habláramos, él era mi mejor amigo y de más tenía en claro que no le gustaría que me fuera. 

SeungHyun solo me miraba con la cara desencajada, sus ojos derrochaban una furia incontrolable que me asustó. Intenté desviar la conversación para apaciguar el ambiente tenso por miedo a iniciar una pelea. 

-¿Q-Qué se te antoja comer hoy? Creo que preparare tofu ¿Te parece?- sonreí lo más que pude pero él se levantó estrepitosamente fulminándome con la mirada. 

-¿Por qué? ¡¿Ah?! ¿Por qué no quieres vivir conmigo? ¡¿Acaso no me amas?! 

-Sabes muy bien que no es eso, es solo que él es mi mejor amigo, no puedo dejarlo solo. Lo quiero mucho como para intentar hacer eso, KyuHyun me ha ayudado mucho estos últimos años- bajé la cabeza mientras que un sinnúmero de recuerdos caían en mi mente como meteoritos, recuerdos hermosos, sus recuerdos. 

-Me divierto mucho con él y es muy cariñoso, no puedo vivir contigo, siento como si le fallara a la única persona a la que no le fui invisible la mayor parte de mi vida, lo siento pero no lo abandonaré. 

Seung tomó aire trabajosamente y se cubrió el rostro con las manos sumamente enojado para después resbalarlas pesadamente. 

-¡Seguramente quieres que KyuHyun te folle! ¡Estoy seguro de que cuando estamos en la cama piensas que el que te folla es KyuHyun!- vociferó insultante, mis ojos se abrieron como dos grandes platos, no podía creer que me haya dicho tal cosa, no pude controlar el impulso de pegarle una fuerte bofetada. 

-¡¿Qué clase de persona crees que soy?! Él es solo mi amigo. Tú eres mi novio y no permitiría que me haga algo así… 

Se acercó a mí y me tomó de los hombros, me besó fuerte y bruscamente, tomando mi cabello y jalándome hacia él. Se separó enseguida y yo lo quedé viendo asustado. 

-¿No te gusta? Prefieres que eso te lo haga KyuHyun ¿no es así? 

-Seung… ¿Qué te ocurre?- dije al borde de un colapso. 

No respondió y me arrojó a la cama, se subió encima de mí y comenzó a quitarse el cinturón de su pantalón. Me quería levantar pero no me dejaba, gritaba pero nadie escuchaba. Me tapó la boca y empezó a quitarme el pantalón es busca de penetrarme y saciar sus sucias ganas. 

-¿Quieres que KyuHyun te haga esto? Quieres que te folle así… ¿Cuántas veces te acostaste con él mientras yo no estaba? ¿Cuántas veces te has de a haber burlado de mí? 

Tomó mis piernas y las abrió, yo estaba muy asustado. Tomé fuerzas y con mi pierna le pegué en la pantorrilla. SeungHyun se levantó adolorido mientras yo cogía mi ropa llorando a mares. 

-¿Qué es lo que intentabas hacer SeungHyun?- dije mientras lo veía con odio-. No me vuelvas a tocar, idiota. 

SeungHyun me tomó por el cuello casi asfixiándome y me lanzó a la cama sin delicadeza. Apretujo mis hombros, alzo el puño e inmediatamente mis lágrimas empezaron a regarse, pronunció un suspiro pesado y me soltó mirando hacia abajo. 

-Ándate RyeoWook- murmuró tapándose el rostro nuevamente. 

Me levanté un tanto asustado y confundido, me acerqué lentamente a él y toqué su hombro. 

-SeungHyun y-yo no…-me interrumpió con un grito que terminó por desgarrarme completamente. 

-¡He dicho que te fueras! ¡Lárgate! ¡No quiero verte!- me empujó bruscamente, tomé mi camisa y salí corriendo de la escena realmente asustado. 

-¡Nadie te va a hacer el amor como yo te lo hago! ¡Nadie! 

Y eso fue lo último que oí decir por parte de él. No lograba entender lo que ocurría, no podía creer que sus celos, llegarían tan alto. Me ponía peor tan solo pensar que pudo haberme golpeado. Me hallaba a mí mismo asustado- más que nunca- confundido, llorando a montones por algo que no me veía venir. 

¿Por qué habría querido golpearme? 

Mis sentimientos se habían disparado sin previo aviso y por consecuencia me sentía horrible. 

Torpemente ingresé la llave en la cerradura del departamento, todo mi ser temblaba y sentía la falta de aire en mis pulmones. Entré observando el desorden matutino- lo había extrañado tanto- vi como unas sábanas negras se movían en el sofá. Era KyuHyun jugando video juegos como siempre, al verme se levantó como si le hubieran dado un toque de electricidad. 

-¡Ryeo! Re-Regresaste- susurró con la voz pendiendo de un hilo, tenía los ojos rojos e hinchados tal parecía que había estado llorando todo el fin de semana. 

-¡KyuHyun!- alcancé a decir antes de correr a sus brazos como un poseso-. ¡Ayúdame, por favor! 

Me sentía muy agotado, había corrido mucho desde la casa de Seung hasta mi departamento, era más de 200 metros de dolor. Además de eso, Seung cuando está en la cama se vuelve una bestia sedienta de sexo sin importarle mi dolor. 

-¿Qué-Qué tienes?- preguntó deslizando esos tersos dedos debajo de mis ojos-. ¿Por qué estas llorando? ¿Qué ha ocurrido? 

-¡KyuHyun!- grité esforzando de más a mi garganta mientras estrechaba su cuerpo al mío en un abrazo mutuo. Él me aferró a su pecho con suavidad, sentía que moriría en sus fuertes brazos, no podía contener las ganas de llorar abiertamente y que su voz fuera mi único consuelo. 

La debilidad se apoderaba de mi cuerpo, llegué a un punto en donde hasta sentí que las pestañas me pesaban, las pocas fuerzas que me quedaban se habían esfumado y caí instantáneamente en sus brazos desmayándome. 

*En la mañana* 

Cuando recobré los sentidos me vi recostado sobre mis sábanas y con una toalla húmeda en la frente. 

Me senté en la cama mientras dejaba la toalla en el pequeño botecito de agua que se encontraba en mi velador, vi como los castaños cabellos de Kyu se entremezclaban con el blanco de las sábanas. Su cabeza estaba apoyada en el colchón, al parecer se había dormido a mi lado y estaba sentado en una silla. 

-Kyu, despierta- susurré bajito moviéndolo suavemente. Él soltó un gemido y levantó su cabeza-.Ho-Hola- nuevamente sus rasgados ojos se mostraban hinchados. 

¡KyuHyun! Pareces una rana fea- pensé. 

-¿Woo-Wookie? ¡Wookie, estás bien! ¡Por fin estas bien!- exclamó casi gritando tirando dicha silla a un lado y me tomó por el hombro abrazando mi débil cuerpo fuertemente impidiendo mi correcta respiración. 

Crucé los brazos detrás de su cuello correspondiendo a su abrazo, había extrañado tanto esos abrazos, había extrañado tanto a mi mejor amigo. Transcurrieron los segundos, no quería soltarlo, sin embargo fui el primero en hacerlo y me miró con esos tiernos ojos que me convertían en gelatina. 

-Me preocupé mucho. ¿Cómo es que te has desvanecido así? ¿Has estado comiendo correctamente?-preguntó mientras me tomaba de las manos, lo único que podía hacer era sonrojarme. 

-No-No quiero hablar del tema- respondí cabizbajo mientras mis ojos se cruzaban con las agujas de mi reloj de mano, me sobresalté al ver qué hora marcaba-. ¡Es muy tarde! Deberíamos ir a clases. 

Él asintió secamente dirigiéndose a su cuarto para buscar su maleta. Me vestí lo más rápido que mi cuerpo podía y salimos juntos del departamento. 

Mis piernas dolían un poco por el esfuerzo anterior y cada vez se me hacía más difícil caminar. La universidad quedaba a unas cuantas calles de nuestra casa- demasiada cerca- pero pese a mi dolor esa distancia se había convertido en una eternidad. 

-¿Y cómo has estado?- pregunté como si nada ocurriera. 

-No quiero decírtelo. ¿De qué serviría?... De seguro en tu mente para mí no hay espacio y dudo mucho que te interese si algo me pasa, sé feliz en tu mundo- respondió con una voz tan fría que hasta me heló la piel. 

No quería ni imaginarme como se sentía Kyu en ese preciso instante, suficiente tenía con lo que yo sentía, le había dicho tantas cosas sin control, aunque todo era verdad, lo había herido a fondo y seguramente él estaría insultando cada célula de mi piel, a pesar de mis palabras mis sentimientos no había cambiado ni en lo más mínimo. 

Aun me importas, KyuHyun-fue lo que pensé 

-Si-si estás enojado por lo que ocurrió hace unos días déjame decirte…-mi habla se vio interrumpida a causa de un inusitado dolor en mi rodilla impidiendo que pudiera seguir caminando, me senté sobre la acera de la calle en busca de descansar un poco. KyuHyun ajeno a lo que ocurría, se detuvo unos segundos, me miro y corrió a mi enseguida con cara de asustado. 

-¡Chibi-tan! ¿Te encuentras bien?- exclamó transformando esa frialdad en dulzura y preocupación-. ¿Qué sucede? 

Abracé mi pierna contra mi pecho mostrando una expresión adolorida que arrugaba todo mi rostro. Él posó una mano sobre mi rodilla mientras que me miraba con los ojos más dulces que jamás había visto. 

Ya estaba acostumbrado a su constante cambio de personalidades, un segundo podía ser en exceso rudo conmigo pero cuando yo estaba en problemas tendía a convertirse en mi héroe, en la única persona que se molestaría en dejar todo a un lado por alguien tan insignificante como yo. 

Otra de las muchas razones por la cual amaba a Cho KyuHyun. 

-Es-es mi pierna- repuse entre muecas -. Duele mucho 

Mi amigo me tomó por el brazo ayudando a que me levantase, me sacudió un poco los pantalones y dijo: 

-No creo que sea buena idea que camines así- hizo una rotunda negación mientras yo veía apretando ligeramente mis labios, sin esperar tal gesto, se quitó la mochila dejándola a una lado de su pierna me dio las espaldas y encorvó el cuerpo un poco hacia adelante. 

-KyuHyun, pero… ¿Qué rayos haces?- cuestioné un poco más extrañado que incómodo. 

-Empeoraras si intentas caminar en ese plan. Sube- sentenció mientras una pequeña risilla escapaba de sus labios. 

¿A que venía esa alegría tan extraña? Por mi parte yo parecía tener cara de ¿qué-diablos-pretendes? 

-KyuHyun yo-yo- tartamudeaba sin remedio ni con la más mínima idea de cómo contestar-. Mejor no. 

-Deja atrás esa modestia tan tonta e inservible, debes preocuparte por tu salud por lo mínimo. 

Suspiré pensativo mientras asentía, me subí a su espalda con suavidad, él tomó mis muslos acomodándolos alrededor de su fina cintura, sus manos eran tan delicadas que cada vez que me tocaban me transmitían una corriente que me convertía en gelatina. 

Rodeé su cuello con mis brazos para así aferrarme a su cuerpo, mi nariz quedo pegada a esa perfecta nuca que moría por besar. Su olor era delicioso, la piel que la cubría era muy suave, su cabello se entrelazaba con el mío como uno solo y mi corazón estaba latiendo tan fuerte que incluso hasta llegué a pensar que él podía oír las agitabas palpitaciones. 

-Wookie- susurró muy profundo-. Estarás bien, te llevaré a la enfermería para que te revisen. 

Y así emprendimos el ahora corto camino hasta la universidad sin emitir palabra alguna, solo un lindo chico que llevaba a cuestas a su torpe mejor amigo. 

Hubiese deseado quedarme así toda una eternidad, sentía como el calor de su cuerpo me acurrucaba poco a poco y me llevaba a un mundo en el que era feliz. 

Lo abracé más fuerte intentado adherirme a él como una segunda piel. 

Fácil de separar pero doloroso intentar hacerlo. 

Por desgracia la felicidad se me había quedado corta. Llegamos a esa condenada universidad. Aún no había sido muy tarde, eché un vistazo a mi reloj y me di cuenta que había estado adelantado demasiado tiempo. 

-¿Qué es lo que comes pequeño?- gruñó mientras tomaba el peso de mi cuerpo dando saltitos para acomodar posiciones-. Estás muy pesado. 

Solté una pequeña risilla que aligeró un poco el ambiente. Lo volví a abrazar fuerte mientras nos adentrábamos más. 

Llegamos hasta el aula donde todos mis compañeros nos miraron tan sorprendidos como si estuvieran viendo al mismo pie grande en persona. 

-KyuHyun- susurré en su oído evadiendo cualquier comentario de los alumnos presentes-. Creo que no es buena idea que nos vean llegar juntos, mucho menos de esta forma, será mejor si camino desde aquí. 

Hice ademan de bajarme de su espalda cuando sentí que sus manos agarraban mis muslos apretándolos más a su cintura. Un trago de saliva bajo grueso por mi garganta. 

-Me importa muy poco lo que piensen los demás- murmuró lo bastante audible para que pudiera escucharlo-. Lo único importante para mí es que tú estés bien, pequeño- mucho tiempo había pasado desde la última vez que me llamo así-. El resto es simplemente insignificante. 

No quise seguir hablando, mis mejillas estaban ardiendo tanto que hasta sentía que me quemaría con tan solo tocarme, busqué esconderme entre su espalda hasta que de reojo pude encontrarme con la mirada de mi novio al fondo del aula con Victoria, una de las chicas más populares del instituto. 

KyuHyun se detuvo enseguida al notar lo que ocurría, esta vez ayudó a que me bajase de él sin dejar de mirar a SeungHyun quien parecía ser consumido por la ira y los celos descontrolados. 

Tomó mi mano suavemente mientras yo seguía sin articular palabra alguna. 

KyuHyun lo quedaba viendo muy molesto, pasó su mano por mi hombro y me abrazó fuertemente. Yo solo bajé la cabeza mientras él murmuraba un “Te amo” en mi oído. 

Me sentía en el cielo. 

-¡Me dijo que sí, me dijo que si!- exclamó a los cuatro vientos mi novio sacudiendo a su acompañante, la tomó del rostro estampándole un beso en sus labios, la abrazó por la espalda y abrió más su boca- como queriéndosela comer- al verme llorando a mares. 

Me separé de KyuHyun al ver lo que hacían, se sentía muy feo ese sentimientos y que después de todo en un punto de mi vida si llegué a amar a SeungHyun. 

Bajé la cabeza para no tener que seguir viendo dicho cuadro tan doloroso. KyuHyun me jaló por el brazo abrazándome nuevamente, no me negué a corresponderle y lo apreté hacía mi empapando su camisa con lágrimas. 

-RyeoWook, todo estará bien- susurraba mientras acariciaba mi cabello intentando consolarme-. ¡Idiota!- le gritó a Seung con esa arrogancia tan suya. 

Me aparté de él al escuchar sus dientes rechinar como madera carcomida, se veía sumamente molesto. 

Cuando se separó de la tipa le echo a KyuHyun una mirada más que desafiante cortándole los últimos cables de paciencia. No aguanto más, caminó hasta Seung, le golpeó fuertemente dejándolo caer al suelo rompiendo el vestido de Victoria quien al darse cuenta del papelón en el que estaba involucrada emprendió su huida pero antes de desaparecer se me acercó cabizbaja y murmuró: 

-Lo-lo siento mucho- y se dirigió al baño de mujeres. 

Cuando mi mente volvió a concentrarse en el cuadro de golpes que se formaba al otro lado del salón, cerca del escritorio del profesor se encontraban esos dos jalándose los cabellos bruscamente. 

KyuHyun tumbó a Seung y se colocó sobre él. 

-¡¿Cómo has podido hacer eso frente al?! Ese pequeño individuo también siente, no es un macho tonto…tú lo cambiaste– gritó jaloneándolo por el cuello de su camisa. 

Y en un milisegundo el puño de Seung se encontraba bañado en la sangre de la boca de KyuHyun, se tambaleó un poco y cayó desplomado al suelo al parecer muy débil. 

Seung Hyun aprovecho dicha oportunidad, se levantó enseguida pateándole sin piedad una costilla a mi amigo quien se revolvió sobre el suelo escupiendo sangre por la boca descontroladamente, nadie había hecho nada por detenerlos, todos los miraban como si de un espectáculo se tratara. 

-¡Él es mío! ¡Su cuerpo me pertenece a mí! ¡¿Qué es lo que va a hacer el “popular” KyuHyun?! 

Por mi parte yo estaba en estado de pánico extremo por el hecho de ver a mi mejor amigo y a mi novio moliéndose a golpes, casi matándose. Fui hasta ellos e intente detener a Seung jalándolo de la chaqueta pero en respuesta recibí un golpe en la nariz de parte suya, me senté en el suelo tapándome el lugar golpeado. 

-¡RyeoWook! Lo siento yo…-no terminó de hablar pues KyuHyun lo tomo desprevenido por la camisa recostándolo nuevamente y comenzó a golpearlo en el rostro con una mano mientras que con la otra se apretaba el costado derecho convulsionándose. 

Me levanté del suelo limpiándome las gotitas de sangre que destilaban de mi nariz. Doo Joon llegó rápidamente a ayudarme, me abrazó intentando tranquilizarme y acarició mi rostro suavemente como lo haría un amigo de años. 

Me volteé de nuevo y ahí mi corazón se partió en dos. 

KyuHyun estaba con los ojos entrecerrados, empapado en su propia sangre con notorios golpes sobre todo su rostro mientras Seung no dejaba de golpearlo con lágrimas en los ojos. 

-Lo siento KyuHyun- su ojo yacía morado-. ¡Pero él es mío! ¡¿Por qué tuviste que acercártele a él?! 

En ese momento me levanté y me dirigí hacia el profesor Kibum quien conversaba como si nada con el alumno Choi MinHo. 

-¡Profesor detenga la pelea!- exclamé entre lágrimas. 

-¡¿Qué quieres que haga?!- respondió abriendo los ojos exageradamente. 

-¡¿Y qué sabemos nosotros?! ¡Usted debería saber qué hacer en estos casos!- intervino un impaciente y alterado Doo Joon. 

El profesor nos miró indiferente sacando su botella de coñac de su bolso, caminó hasta Seung y lo golpeó en la cabeza fuertemente haciendo que caiga inconsciente adosado a KyuHyun. 

Los vidrios cayeron en mil pedazos sobre los dos cuerpos desmayados en el suelo, empapado de sangre, sudor y coñac. 

-¡Pro-profesor lo ha dejado inconsciente!-dijo Min sorprendida. 

-Ya hice todo lo que pude, no vuelvan a molestarme. Llamen a la ambulancia para que todo este teatrito sin sentido baje su telón- me dio el teléfono y contacte al hospital más cercano, habían dicho que llegarían en diez minutos. 

Los chicos quitaron todo del escritorio y recostaron el cuerpo inerte de KyuHyun sobre este, saqué mi pañuelo y empecé a secar todas sus heridas sangrantes. 

Eran muy profundas, su pecho subía y bajaba rápidamente, retiré algunos cabellos de su frente viendo como empezaba a mover los labios. 

-RyeoWook- repetía casi inaudible mientras unas lágrimas corrían por su pálido rostro herido-. No dejaré que te insulten nunca. 

Empezaba a desesperarse, apretaba los ojos mientras soltaba pequeños quejidos. Tomé su mano suavemente y éste dejó de respirar agitado, cerrando completamente sus castaños ojos. 

Me acerqué a su rostro besando sus parpados con ternura, el único rincón de su rostro que no se mostraba golpeado. 

-Tranquilo- dijo alguien dulcemente posando su mano en mi hombro, era el profesor KiBum-. Todo va estar bien. 


Y en ese momento me di cuenta de que el profesor Kibum había sido de alguna forma u otra una buena persona. 



Estaba sentado con MinHo en uno de los asientos de la enfermería pues el profesor KiBum me había dicho que tenía que tranquilizarme y pensar sobre lo ocurrido con cabeza fría. 

Cuando vi que las enfermeras venían a llevárselos no me dejaron ir con ellos porque tenía que regresar a clases así que no sabía nada de lo que ocurría. 

¿A quién le importan las estúpidas clases en este momento? 

-Este último año se muestra muy duro ¿Verdad?- comentó MinHo con pesadez. 

-Sí, muy pesado. No sé qué hacer- murmuré triste-.Ojalá y esto nunca hubiera pasado. 

-Tranquilo, al final todo se arregla, tienes que esperar a que las cosas tomen su curso. La esperanza es lo último que se debe perder. 

-Estás muy feliz y sonriente ¿Es alguien especial?- alcé una ceja luciendo divertido. 

Él dudó un poco nervioso pero fue interrumpido por una de las enfermeras avisándonos que solo uno de nosotros podía entrar. 

-Tú eres el que debes entrar, eres muy especial para él- dijo tranquilamente dándole unas palmaditas a mi espalda. 

-Gracias y cuídate- hice una reverencia dirigiéndome a la habitación tembloroso. 

Seung Hyun estaba tendido en la camilla con banditas curativas en toda su cara, se veía muy gracioso como un niño después de caerse de su nueva bicicleta. 

No le dije nada al verlo solo me senté a su lado sin siquiera observarle…me había hecho mucho daño. 

-Supongo que esto…lo nuestro… ya no tiene salvación ¿Verdad?- preguntó él con voz ronca. 

-No quería que las cosas se salieran de control, no quería terminar así- murmuré cabizbajo. 

-¿Puedes pedirle disculpas a KyuHyun de mi parte?- lo miré con los ojos bien abiertos-. No sería capaz de mirarle a los ojos. Además no lo culpo, es imposible no enamorarse de ti. 

-¿Por qué tenías que hacer las cosas más difíciles y dramáticas?- peiné mi cabello hacia atrás-. Sencillamente todos tenemos la culpa. 

-Al menos logre enseñarte lo divertida que puede ser la vida, aunque no lo haya hecho de largo, sé que te gusto y espero que Cho KyuHyun sepa hacer feliz a una persona tan especial como tú- susurró mientras rompía en llanto. 

-Se-Seung no llores, no lo hagas- susurré mientras que sus pupilas reflejaban su último deseo antes de dejar de pertenecerle. 

Me acerque a su rostro lentamente, el enseguida jaló mi brazo e hizo que nuestros labios chocaran para iniciar un beso desesperado con sabor a sus lágrimas, aun así me gusto pues iba a ser la última vez que lo besaría. 

-Siempre supiste como besarme- dije al separarme de su boca. 

-Te amé mucho, mi principito- murmuró mientras me decía adiós con los ojos. 

Todo se había tornado tan oscuro, todo había cambiado drásticamente y de la manera más rápida de la que alguien pudo imaginar alguna vez. 

De un momento a otro me olvide de él para siempre y me concentré de nuevo en quien había ocupado mi corazón desde el principio, Cho KyuHyun, aquella persona a la que debía pertenecer desde siempre. 

Me dirigí a la enfermera, le pregunte por Kyu a lo que ella me responde melancólica. 

-¿Ese lindo muchacho? Ah, pues a él se lo han llevado al hospital, está muy grave. 

Mis ojos se salían de su lugar de lo nervioso que me puse, salí corriendo como poseso hacia el hospital. 

Estaba lloviendo torrencialmente y por si fuera poco no había rastro de ningún taxi. De repente unna bocina de auto con las luces encendidas me hizo reaccionar 

-¡Wookie! ¿Quieres un aventón al hospital? -era YoSeob en su pequeño escarabajo amarillo-. Sé que es pequeño pero corre muy bien. 

-¡Me salvaste!- entré enseguida y me puse el cinturón-. Gracias ¿Cómo te enteraste de lo ocurrido?-pregunté curioso secándome con uno de sus pañuelos. 

-DooJoon me lo ha contado todo, lo siento mucho- murmuró apretando su volante. 

-No importa, solo necesito verlo- arrancó el auto, todo el camino recé para que no se descompusiera el auto que parecía de juguete. 

Llegamos al edificio, me bajé como un loco mientras YoSeob gritaba que se quedaría esperando a Doo Joon en el auto, que llegaría en cualquier instante. 

Seguramente harían otra cosa pero eso ya no importó más, entré a la recepción sin siquiera saludar al guardia que me abrió la puerta. 

-Cho KyuHyun ¿Qué habitación?- pregunté agitadamente a una pelinegra recepcionista que parecía muy concentrada escribiendo algo en un pequeño cuaderno repleto de calcomanías de Bon Jovi. 

-¿Es algún familiar o algo parecido?- puse cara de incrédulo más desesperado que nunca-. Pues me dijeron que sus padres estaban de viaje y están de camino, me dijeron que no tenían ningún otro familiar. 

Por favor déjeme entrar, es la persona que amo. 

-S-soy su hermano, estudio con él en la universidad y estoy muy preocupado. 

-Hagamos algo, lo dejaré entrar pero con una condición- asentí abrumado-. Tiene cinco minutos, ni más ni menos. ¿Está claro? 

-No sabes cuánto te lo agradezco- dije alegremente, eché un vistazo a su carnet y leí su nombre-. Enfermera. ¿Ursula? 

-Sí, que nombre más extraño ¿No crees?- solo pude sonreír-. Habitación número tres, intenta no hacer mucho ruido. 

Hice una reverencia y fui a la habitación nombrada. Entré temeroso, todo estaba en silencio, solo se escuchaba el sonido de las gotas de lluvia que golpeaban con fuerza el ventanal al pie de la camilla. Unos cuantos pasos dentro de la habitación bastaron para poder ver la imagen más desgarradora que mi mente podría procesar. 

Ahí estaba KyuHyun, inconsciente sobre una fría camilla de hospital. Ese hermoso rostro del que me había enamorado, ese mismo estaba repleto de moretones que parecían querer fundirse en su blanquecina piel. 

Sus tersos labios en forma de corazón mostraban una cortadura justo en la mitad. Se veía realmente horrible. 

Se veía así por mi culpa. 

No pude aguantar más, corrí a recostarme sobre ese desmayado cuerpo a abrazarlo mientras lloraba sobre su regazo. 

-KyuHyun perdóname. Todo es culpa mía- sollozaba amargamente besando su brazo invadido por una gran aguja de suero-. Yo solo quería hacer lo correcto 

De repente sentí algo suave acariciándome el cabello, me sobresalté mientras alzaba la mirada y ahí estaba él con una sonrisa forzada. 

-Wookie tu nunca aprenderás. ¿Podrías levantarte?- me separé suavemente de él esbozando una tonta sonrisa-. Al parecer SeungHyun me rompió una costilla. 

Lo había dicho como si de un chiste se tratara, siempre tomando las cosas por el lado bueno, jamás entendí como lo lograba. 

-¿Por qué hiciste eso? No había necesidad de iniciar una pelea, solo mira como terminó todo. 

-Lo sé, pero el solo hecho de pensar que él te toca cuando se le antoje, que te maltrate y que te pegue futuramente por un ataque de celos, me hacía hervir la sangre… Pero él ganó por segunda vez- murmuró mientras se perdía en sus pensamientos. 

-Eso ya no importa, Seung y yo quedamos solo como amigos- dije apretando los labios. 

Regresó en sí mismo, me miró con ilusión en los ojos, cogió mi mano besándola con suma delicadeza. 

-KyuHyun…Tengo que decirte algo importante- se incorporó de nuevo trabajosamente-. Creo que es mejor que dejemos de vernos, yo te hecho mucho daño. Deje a SeungHyun muy lastimado y a ti con una costilla rota, me voy a vivir a… 

-RyeoWook…no…no- dijo negando con la cabeza. 

-Es mejor que me vaya ahora, han terminado mis cinco minutos, quédate tranquilo pues en cuanto tu salgas recuperado de aquí me habré llevado todas mis cosas del apartamento- dije decidido mientras salía de ese doloroso cuadro llorando a mares. 

-¡RyeoWook no te vayas! ¡Quiero estar contigo!- gritó KyuHyun antes de que cerrara la puerta. 

Corrí como fugitivo huyendo de la ley, al pasar por la recepcionista ella me tomó del brazo y me miró preocupada diciéndome: 

-Aun no terminan los cinco minutos. Espero que hayas hecho lo correcto y no te arrepientas de por vida. 

Y con esas palabras tan extrañas me dejó ir, seguí esta vez caminando lentamente dejando que la tristeza me guiara. Busqué a YoSeob y a su escarabajo. 

Lo encontré besándose apasionadamente con DooJoon dentro del auto, sonreí al verlos tan acaramelados y para no molestar decidí seguir caminando. 

La lluvia cegaba mis ojos, inundándolos al igual que mis lágrimas. 

Vi algo amarillo cruzando frente a mí, supuse que era un taxi así que alcé la mano intentando llamar su atención. 

-¡Wookie! ¡RyeoWook! ¡Espera!- escuché a alguien gritar detrás de mí confundiendo su voz con el diluvio que nos cubría. 

Me volteé en seguida dejando ver a KyuHyun tirado en el suelo casi gateando hacia mí, corrí hasta donde se encontraba. Agarré su brazo que sangraba sin cesar producto de haberse arrancado el suero bruscamente. 

Se removía en mis brazos apretándose fuertemente su costado. 

-¡Auxilio!- grité desesperadamente mientras sentía como me abrazaba respirando en mi cuello. 

-¡Ryeo! No quiero que me dejes por favor, te amo mucho como para dejarte ir sin hacer nada. 

-¿Por dónde has logrado escaparte sin que se dieran cuenta? 

-Eso es lo que menos importa en este momento. Ryeo mi cuerpo duele mucho así que intentaré ser breve, dame una sola oportunidad de estar contigo, sé que he echado a perder casi toda mi vida andando sin rumbo en busca del amor pero esta vez no lo haré. 

-KyuHyun no, detente de una buena vez, ya no sigas por favor-no podía siquiera mirarlo 

-¡Escúchame!- gritó con voz ronca mientras me zarandeaba los hombros con las pocas fuerzas que le quedaban-. Tengo miedo, mucho miedo de tener que imaginarme como será mi vida sin ti…sin poder verte sonreír cada mañana- tragó saliva- me asusta no poder volver a verte nunca más, no quiero que te alejes, si lo haces terminaré por volverme loco. 

-KyuHyun- susurré tomando sus manos-.A mí también me asusta pensar que no voy a poder olvidarte aunque mi vida dependiera de eso, quiero creer que me amarás, pero es tan difícil. Tantos años…estos años no han sido lindos, no es lindo amarte a escondidas 

-Nada es fácil ¿O no? ¿Quieres darme una oportunidad? No te quiero prometer nada porque todo puede cambiar pero al menos quiero vivir el resto de mi vida pensando en el hecho de que intentamos amarnos…que intenté amarte. 

Me sentí relajado, tranquilo como jamás me había sentido, me sentí capaz de ser feliz y de dar felicidad, aquel sentimiento el amor mutuo. 

-Sí-sí- tartamudeé mientras sonreía. 

Él suspiró suavemente como quien se quita un gran peso de encima y se acercó lentamente a mi rostro. Besé sus labios con dulzura, estaban húmedos y sabían a hierro por su cortadura, acaricié todo su cuerpo mientras él me apegaba más a su pecho donde podía sentir su corazón latir, estaba latiendo por mi causa, por nuestra causa. 

Por el amor que le profesó a él, por aquel amor que destilamos al vernos, por los labios que besó con infinita pasión en este momento. El frio se colaba por mi cuerpo pero yo no lo sentía, el calor de los besos apresurados y sin compás de él me estaban mostrando lo mucho que me amaba. 

En susurros pequeños dejaba ¨Te amo¨ sobre mi cuerpo, enredé mis dedos en su cabello mientras empezaba a gemir cada vez que sentía su cálida respiración cerca de la comisura de mis labios. 

-Ahora que sé que estarás conmigo puedo descansar tranquilo- susurró separándose de mi, inmediatamente se desvaneció sobre mis brazos. 

Entrelace su mano a la mía mientras le daba un corto y final beso en los labios. 

En seguida aparecieron Doo Joon y YoSeob a auxiliarnos. Nos ayudaron a levantarnos mientras seguía sin soltar al amor de mi vida 

-Te amo, KyuHyun- murmuré. 


 Holis, hermosas >_<
Actualización en 5 días.
Un beso a todas,
YuleSaku.

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