sábado, 5 de octubre de 2013

"Licantropía"-Primera parte


Nombre del three shot: "Licantropía"
Autoras: YuleSaku
Pareja: SeKaiHan
Grupo: EXO
Género: AU, angst, drama
Rating:+18
Adveretencias: Lemon, muerte de personaje, sangre,
La licantropía es la mitológica habilidad o poder que tiene un ser humano para transformarse en lobo o licántropo.
¿Qué sucede cuando los mitos se vuelven realidad?
SeHun y Kai viven de modo "salvaje" hasta que un humano interrumpe el delicado equilibrio.
Muchas veces el hambre es algo que no se puede controlar.
Por diversos motivos "Licantropía" tendrá 3 capítulos a diferencia de las demás historias que solo poseen 1.




Con la espalda perlada de sudor, Kim JongIn hacía lo suyo, movía sus caderas al ritmo del que estaba abajo, el otro ya juraba ver las estrellas con los movimientos del que estaba arriba, y es que eso no quitaba el hecho de que recién lo conocía y viceversa.

Con las piernas abiertas, KyungSoo disfrutaba de todo lo que le daba JongIn, aunque él muy bien sabía que no era amor, pues solo lo había conocido hace 4 horas y ya estaba sintiendo demasiadas cosas por él y eso le asustaba. Venía de paso por ese pequeño pueblo y no se iba a quedar, buscaba sacarse el estrés de la Universidad viniendo hacia acá y encontrar a alguien con quien pasar la noche en un hotel.

Bingo, lo consiguió.

Pero sentir cosas por él no era el plan.

Mientras tanto, JongIn disfrutaba de los gemidos del mayor, agudos y con una voz que le hubiera servido para ser cantante.

El otro se agarraba de los bordes del colchón y no quería que eso acabase nunca, su mente ya estaba en otro planeta con el pensamiento de que tal vez pudiera volver a verlo, el solo pensar eso, le hacía sentir mariposas en el estómago, más de las que ya estaba sintiendo.

Se puso a pensar sobre cómo sería su vida con ese muchacho que recién acababa de conocer y que ahora estaba gruñendo de manera muy sensual. Suponía que sería muy divertida ya que la personalidad divertida de JongIn fue lo que hizo que KyungSoo se interesara en él cuando lo vio en ese pequeño bar donde se conocieron.

¿Qué pasaría si vivieran juntos? ¿Si fueran novios? No sabía por qué pensaba todas esas cosas si solo era una noche de sexo casual ¿O no? Tal vez sí lo quería, y quería que esto fuera más allá de solo sexo en un motel barato.

Lo quiero mucho como para dejarlo ir- pensó KyungSoo sonriendo.

Y no solo porque ya sentía que iba a terminar y estaría bien con eso, sino también porque JongIn lo miraba con cariño y acariciaba su cara. Los dos estaban a punto de terminar y por eso las emociones y el calor corporal subían de sobremanera.

KyungSoo percibió cómo JongIn se movía más rápido, con los ojos cerrados gritaba su nombre, hasta que al fin, los dos terminaron casi iguales.

Le diré que quiero que esto vaya más allá de una noche.

Cuando lo iba a decir, JongIn sin salir de él se acercó y besó los labios de KyungSoo, sonrió de lado y el más bajo pensó que era una persona muy hermosa con el cabello pegado a la cara.

-Te quiero, y quiero saber más de ti- le susurró JongIn con los ojos cerrados.

-¿Es en serio?- los ojos del más bajo brillaron como luceros.

JongIn asintió y le agarró las muñecas a KyungSoo para después colocarlas contra la cabecera de la cama. El otro con su boca semi-abierta y sus ojos brillantes mostraba lo alegre que estaba.

-¿Qué haces?- le dijo KyungSoo sonriendo linda e ilusionadamente.

-Algo, tranquilo, cierra los ojos- le agarró el cuello y lo besó-. Confía en mí.

-Lo hago…- cerró los ojos y siguió riendo-. Me haces cosquillas- sintió los dedos de JongIn en su nuca, sentía que se hundían poco a poco en su tierna piel.

Le agarró de la cara y le hizo abrir los ojos, tenía sus manos a los lados de su rostro el cual agarraba con fuerza.

Lo último que vio KyungSoo fue a JongIn con una sonrisa de oreja a oreja y parecía que sus dientes se habían hecho más grandes, sus ojos se habían puesto de color rojo brillante y tenía unas garras muy grandes en vez de uñas. Las venas de su nuca eran claramente notables y su cuerpo parecía arder.

-Fue un gusto…- KyungSoo al oír y ver eso pegó un grito muy fuerte.

En la habitación se escuchó claramente el eco del sonido de un cuello rompiéndose…

El brillo de los ojos de KyungSoo había desaparecido, sus piernas cayeron desvalidas igual que sus brazos y su corazón dejó de latir, su cabeza resbaló hacia un lado y su pecho ya no subía ni bajaba. Su boca quedó abierta y sus cejas quedaron hacia un lado, sus facciones mostraban miedo e impotencia ante algo que desconocía.

KyungSoo estaba muerto.

JongIn lanzó un aullido un poco fuerte y devoró a su presa.

Informe de última hora, ayer, viernes 14 de Septiembre del 2013: Otra víctima asesinada cruelmente por lo que conocemos como “The Demon”.

Esta vez fue descubierta en su casa y no en un hotel y al parecer fue más violenta que las otra veces pues tuvieron que buscar cada parte del muchacho llamado Zhang YiXing de 23 años, también estudiante a las afueras del pueblo. Con esta, es la quinceava víctima de “The Demon”. Se ha informado a las autoridades de Corea del Sur sobre las múltiples víctimas de este asesino en serie que ha espantado a miles de personas del pueblo. Se ha iniciado un toque de queda y nadie podrá salir hasta la siguiente semana. Hasta ahorita el pequeño noticiero de media noche, buenas noches, tendremos más información en…

JongIn oía esto mientras se reía de manera lasciva, salía de la ducha del hotel donde hacía 2 horas había terminado su festín de cada tres semanas.

-Querido SeHun, esta vez si te pasaste, me imagino como has de haber dejado a ese pobre muchacho- dijo sentándose en el piso satisfecho y alegre.

Pensó en que sería un poco peligroso que hubiera dos asesinatos en dos días. Si, dos, pues no se sabía aun de la muerte de KyungSoo. También pensó en llamarle la atención a su mejor amigo.

Se rascó la cabeza y se tiró al piso para rascarse el estómago, se secó el cabello, se colocó su ropa y le dio un pequeño beso en la cabeza de KyungSoo que ahora no era más que otra víctima.

Salió por la ventana del hotel aun con sus garras. Se dio cuenta de que las llevaba fuera y las guardó dentro de sus dedos.

Brincó piso abajo y se dirigió al bosque dónde seguramente estaría SeHun disfrutando de su festín o comiéndose a algún venado.

Entró al bosque y como supuso, estaba SeHun con una pata de venado sentado en una piedra a la luz de la luna. JongIn alzó la mano en forma de saludo y se sentó junto a él.

-¿Quieres?- le dijo SeHun estirándole un brazo del animal.

-Paso, estoy “lleno”- hizo énfasis por el hecho de que se comió a KyungSoo hacía unos minutos. SeHun dejó de comer y lo observó detenidamente.

-Lo sabía, te ves más reluciente y guapo. ¿A quién le tocó pagar?

-Nah, no era de aquí, venía de paso por el pueblo- suspiró- era muy lindo, tenía cara de ángel.

-Como todos- los dos amigos estallaron en risas, como siempre hacían.

Conversaron un momento, JongIn con el estómago feliz y SeHun comiendo de su venado, y aunque no era una de sus “carnes” favoritas podía contentarse con eso, bueno, hasta que le tocara el turno de matar a alguien. El turno de esa noche era de JongIn.

JongIn observó la luna llena y sonrió. Le gustaba ser él, uno de los más grandes depredadores de la tierra junto a su mejor amigo SeHun. Lo observó y vio que parecía feliz. También observó que se le escurría sangre de la barbilla y que se estaba ensuciando sus ropas.

-Ay, Oh SeHun, ¿Qué harías sin tu mejor amigo?- le secó las gotas de sangre con el pulgar.

Obviamente, el otro observó cada movimiento que hacía, como siempre, embobado. Bajó la mirada sonrojado, algo que solo causaba JongIn en él y no sus múltiples víctimas después de “hacerlo”. Guardó sus garras en sus dedos y se mordió el labio.

-Bueno, me tengo que ir, ya es tarde y no quiero despertarme con ojeras- se levantó y se acercó a SeHun, le dio un beso en la mejilla y salió corriendo.

Antes de perderse en la oscuridad y el verde follaje del bosque se giró y le gritó:

-¡Muy buen festín que te diste el Viernes!- y mostró sus blancos dientes.

-¿Festín? Pero si yo el viernes estaba estudiando y no salí de mi departamento…- dijo SeHun entornando los ojos.

JongIn no lo pudo escuchar.

Entró a su habitación en el edificio de departamentos del pequeño pueblo en el que vivía. Se tumbó en la cama y se quedó dormido al instante.

*A la mañana siguiente*

JongIn se levantó de buen humor. Había dormido mucho y se sentía con energías de hacer lo que fuera. Tenía vacaciones de verano en la universidad y no le importaba cambiarse de ropa, era mejor quedarse con su caliente y suave pijama de ovejas.

¿Ovejas? JongIn amaba lo irónico

Se miró al espejo y admiró su belleza, y aunque esa no era su verdadera forma física le agradaba como lucía.

Aparentaba ser un humano común y corriente.

Con la herencia que le dejaron sus padres después de morir en el choque de autos, el mismo en los que murieron los padres de SeHun, podía hacer y comprar lo que quiera.

Los padres de SeHun y los de JongIn no soportaban el estado “salvaje” de sus hijos y por eso les tenían desprecio. Aunque eso no era problema para los dos chicos, se tenían el uno al otro, no les importaba el cariño de sus padres.

Siendo amigos desde muy temprana edad, habían creado un lazo indestructible… Es por eso que JongIn no permitió que se llevaran a SeHun a un reformatorio, e hizo lo impensable.

La mañana del 5 de Mayo del 2004 hubo un choque por la intersección de dos carros en la perimetral, aseguran que el causante fue un “animal” que corría por toda la calle y los conductores de ambos autos se distrajeron.

(Flash back)

-¿Por qué lo hiciste?- decía el más joven llorando a mares-. Eran mis padres y los tuyos también.

-Tuve que hacerlo- JongIn abrazó más fuerte al menor-. Yo…Yo no dejaría que te alejaran nunca de mí, tú sabes que yo haría lo que fuera…

JongIn también sentía que podía llorar en cualquier momento, no por la muerte de sus padres, sino por el hecho de tal vez perder a SeHun porque había matado a sus progenitores.

-Juro que te trataré como el ángel que eres, estaré siempre para ti y nadie se va a entre poner entre los dos. Lo prometo, estaremos solo los dos en este mundo, porque tú eres mi mundo. Y nadie te va a reemplazar… ¿Está bien?

Oh SeHun asintió levemente secando sus lágrimas. Alzó la cabeza del pecho de JongIn y besó los labios de este dulcemente. El beso no duró más de 3 segundos pero a SeHun le pareció una eternidad. Al separarse posó su cara en el hombro del mayor mientras escuchaba una sirena de policía que se acercaba cada vez más hacia el lugar con donde estaban carros volcados y en llamas del que solo salió con vida SeHun.

(Fin Flash Back)

Con la herencia que le dejaron sus padres, que todos los familiares de SeHun y JongIn querían para sí mismos, se fueron de la ciudad, ya que de otra manera nunca los habrían dejado tranquilos. Decidieron vivir en el pequeño pueblo y seguir con sus vidas alimentándose de personas. Las personas sabían más delicioso que cualquier animal vulgar que encontrarían en alguna parte, si no comían una persona al menos una vez cada 2 semanas podrían morir.

Ser lobo tiene sus desventajas.

JongIn suspiró al recordar eso. Siempre lo tendría presente en su corazón. Su pequeño hermanito, siempre estaría protegido por él, esa era la verdad, él era el único que protegía a SeHun de cualquier cosa que viera.

Se sentó en el sillón con una camisa de mangas cortas y unos pantalones, se rascó la cabeza como un animal y empezó a darse vueltas por el sillón. Se sentía feliz por haber comido bien.

Cayó al piso y siguió riéndose. Sería un buen día después de todo.

Al momento, alguien tocó su timbre. JongIn alzó su cabecita asustado y se paró en un brinco, probablemente sería SeHun que venía para hacerle compañía.

Abrió la puerta y se asomó.

-Hola… Disculpa, ¿Usted tiene algo de azúcar que me pueda dar? Vivo en el departamento 23 y no puedo salir del edificio por el toque de queda, así que…-

Él no era SeHun.

JongIn no recordaba haber visto algo tan hermoso y… apetecible.

La hermosa, perfecta y radiante criatura que tenía delante no se comparaba en nada a lo que había comido antes.

Cabellos rubios, ojos grandes y una piel muy blanca se asomaban por su puerta. Era tan lindo. Cargaba entre sus manitas un tarrito de azúcar contra su pecho, con una sonrisa que apenas dejaba ver sus blancos y perfectos dientes.

Un chico sonrojado con cara de ángel que tenía la inocencia más pura de todas se asomaba por su puerta.

JongIn siguió con sus ojos el cuerpo esbelto del pequeño. Su camisa celeste combinaba con sus pantalones azul marino y converse negros. Se detuvo en sus labios y sintió ganas de morderlos y besarlos, tan rosados y tan gruesos.

-Hola…- le dijo el muchacho inocentemente, ladeando su cabeza.

-Disculpa… ¿Qué?- le dijo JongIn más que, embobado.

-Yo…- susurró el chico bajando su cabecita avergonzado por tener que pedir algo

-Oh, claro, el azúcar…- acertó el más alto.

La verdad era que JongIn no aguantaba las ganas de saltar y comérselo de una vez, pero no sabía por qué si ya que había comido bien y normalmente no sentía esa hambre después de tres o cuatro semanas. Sin embargo sentía tanta hambre que era insoportable.

Sus garras ya amenazaban con salir por completo, aunque JongIn hacía lo imposible para controlarse y no clavar las uñas en su puerta, tuvo que hacerlo para guardárselas por el bien de aquel muchacho que solo pedía azúcar.

-Si no le quieres dar a un desconocido está bien, lo entiendo-. Comenzó a girarse, pero la mano de un desesperado JongIn lo detuvo.

-¡Te la voy a dar! ¡Si quieres te doy toda el azúcar que tengo!- exclamó el más alto.

-Eres muy raro…- murmuró LuHan acercándose de nuevo a la puerta.

-Pasa- al menos ya estaba más controlado comparado con lo que estaba antes.

El chico bajó la cabeza y apretó el tarrito.

-Hay un asesino en el pueblo… Y tengo miedo de entrar a la casa de un desconocido- se defendió el de cabellos rubios.

-Me llamo Kim JongIn y por circunstancias de la vida tuve que dejar Seúl y venir a este pequeño pueblo, ahora ya no soy un desconocido ni mucho menos voy a matarte.

Eso está por verse- pensó mordiéndose los labios al pasar otra vez sus ojos por el cuerpo del chico.

-Yo soy LuHan, y también por extrañas coincidencias de la vida me vine a vivir a este pueblito que desgraciadamente tiene un asesino.

-Eres gracioso- LuHan volvió a ladear su cabeza-. No, bueno, no digo que sea gracioso que gente muera violentamente cada tres semanas y… creo que te estoy asustando.

-Pienso que lo mejor sería pedirle azúcar a la vecina de enfrente.

-¡No! Déjame demostrarte que no soy un asesino maniático. Además, dicen que la vecina de al frente está loca y es la asesina pues ya que se la ha visto salir en la noche.

LuHan miró al suelo y se mordió el labio, gesto que hizo que JongIn se estremeciera. Sonrió y asintió. El de mayor estatura abrió la puerta y LuHan pidió permiso para entrar de modo cordial. JongIn cerró la puerta y dio gracias a los dioses griegos por enviarle a este muchacho.

-¿Vives solo?- le preguntó LuHan con voz inocente.

El castaño asintió mientras iba hacia la cocina, le hizo una seña para que LuHan tomara asiento y este realizó una pequeña reverencia mientras se sentaba.

-LuHan… ¿Quieres decirme la razón por la que no tienes azúcar en tu casa?- dijo JongIn riendo mientras sacaba un gran tarro de aquella cosa dulce.

-Bueno, la verdad es que acabo de mudarme al pueblo y no he tenido tiempo para comprar las cosas, y aunque si salgo probablemente nada estaría abierto por el toque de queda. Además tampoco es que quiera ser atacado por un asesino.

-Lo entiendo, ¿Y por qué viniste aquí?

-Ya te respondí una pregunta, ahora necesito hacer la mía. ¿Tienes algún familiar o alguien que te visite cada mes?- LuHan hizo énfasis en el hecho de que el departamento de JongIn parecía que no había sido visitado por años.

-Pues no, nadie, soy un lobo solitario… Mis padres murieron en un choque de autos.

Ni el mismo JongIn supo por qué no le habló de la existencia de SeHun, tal vez porque sabía que pronto llegaría el momento en el que su hermano volviera a tener hambre y no quería que se lo comiera primero a LuHan.

-Lo lamento, no debí preguntar. Contestando la que tú me hiciste… A mis padres nunca les caí bien. Decían que era muy raro y que no debía estar en su entorno, no escapé de casa, es solo que decidí olvidarme de mi familia por un tiempo…Tal vez vuelva a mí hogar algún día.

JongIn sonrió por lo inocente que se veía hablando de aquella forma y jugando con sus manos. El castaño regresó con el bote de azúcar y se sentó al lado de LuHan.

-Y dime, ¿Para qué eres bueno? ¿Tienes un pasatiempo?

-Bueno… No sé si hacer cubos de rubik en menos de 1 minuto sea un pasatiempo, pero me gusta mucho hacerlo, y en lo que soy bueno… Creo que sería la carisma que me dijeron que tengo, aunque no sé si sea verdad…- LuHan observó como el castaño lo observaba detenidamente.

-¿Y tú para qué eres bueno?- le dijo virando su cara a la de JongIn.

-Soy bueno para hacer amigos fácilmente- le dijo tocándole la mano.

Él sabía que palabras usar para enamorarlo.

Una de las habilidades de JongIn era enamorar a los chicos para que siempre accedan a tener sexo con él, ese era una de las bastantes ventajas de no ser un humano y sabía que con solo ese toque de manos ya tenía a LuHan en la palma de su mano.

-¿Qué haces?- le dijo levantándose de una-. No te propases conmigo.

-Tú no tienes a nadie, eres una persona sola y eso te hiere mucho, tu mirada lo dice todo, me necesitas.

-Es mejor que me vaya- respondió Luhan visiblemente asustado.

Cogió rápidamente su tarro de azúcar dispuesto a salir.

JongIn rozó con sus dedos la suave mano de LuHan haciendo que los bellos de este se erizaran. Le agarró la cintura con una mano y lo atrajo hasta él.

-Te espero en mi casa mañana a las 7. Vamos a salir a dar un paseo por ahí y te aseguro que esto- señaló su entrepierna- cambiará tu manera de pensar.

-Eres un idiota JongIn- LuHan alzó su mano y le pegó una bien merecida cachetada al mayor en la mejilla dejando las marcas de sus dedos.

-Y tú eres un inmaduro- el aludido lo miró con ojos asesinos y se dirigió a la puerta-. No te vayas, era solo una broma pero sí quiero salir contigo. Te estaré esperando a la hora que te dije…- abrió la puerta y estaba a punto de salir.

-Púdrete- le dijo de manera insultante LuHan para después cerrar la puerta fuertemente dejando aturdido a JongIn.

Nunca había tenido este comportamiento frente a nadie. Ese comportamiento divertido y molesto. Tal vez ese era el JongIn verdadero, en vez de aquel que siempre mostraba ante sus víctimas: el prototipo del hombre perfecto.

Acababa de mostrar una personalidad molesta, malcriada y grosera. Y aunque LuHan se enojó demasiado por ese comportamiento, a JongIn le gustó molestarlo en exceso y llevar hasta un límite su paciencia.

Se preocupó mucho al saber que había sido demasiado grosero con el menor, después de todo, él no tenía la culpa de oler delicioso. Trató de calmarse y pensar en cómo arreglar todo.

Se tiró en el piso triste, se maldijo mucho por haber dicho eso, y es que había ofendido mucho a LuHan y a nadie le gusta ser ofendido.

De repente, SeHun entró por la venta de su casa y saludó a JongIn, que aún estaba tirado en el suelo.

-¿Qué haces ahí?- le dijo colocando su dedo en sus labios.

-Pensando…- se levantó ágilmente y fue hacia la cocina.

Un ataque de nostalgia lo invadió al ver el tarro de azúcar lleno y enseguida se materializó en su mente la imagen de LuHan.

-¿Y este tarro de azúcar? Yo que sepa nunca cocinas, y mucho menos bocaditos.

-No es para nada en especial- le dijo tomando el tarro y colocándolo en su lugar.

-¿No me quieres decir que pasa?- SeHun lo miró fijamente y luego posó su mirada en el sillón, que aún tenía el olor de LuHan-. Huele a humano… Has estado con alguien que no soy yo ni ninguno de nuestros familiares- olió de nuevo-. Y está en este mismo edificio… Es joven y no es coreano… Huele horrible.

-¿Has venido a interrogarme o qué? Y sí, alguien estuvo aquí. Era un vecino que me pidió azúcar porque no se puede salir, ¿contento?

JongIn se asustó por el hecho de que SeHun aprovechó sus habilidades bastante avanzadas de olfato para saber quién había estado aquí. Quería mucho a SeHun pero no quería que se entrometiera en su asunto “alimenticio” con LuHan.

Pero JongIn no entendía el porqué de decir que olía horrible si a JongIn le parecía el olor más rico del mundo.

Tal vez porque no lo veía como comida…

Meneó la cabeza algunas veces sacándose esas ideas primitivas que rodeaban su cabeza en torno a LuHan y se dedicó a hacerle un emparedado de pollo a su mejor amigo.

-Toma y deja de andar dándole vueltas a ese asunto- le extendió el emparedado del cual resbalaba mayonesa.

-Solo me sorprendió que alguien más estuviera aquí, pero no te enojes…sabes que puedes hacer lo que quieras con tal de que nunca me dejes solo.

JongIn asintió algo distraído pues solo pensaba en LuHan.

-Gracias por el emparedado- dijo SeHun poco después de haberse comido lo que le dio el mayor-. No te olvides que mañana vamos a jugar al basquetbol en el parque, te estaré esperando a las 7 de la tarde… ¿Me estás escuchando?

-Sí, mañana a las cinco en la tarde.

SeHun lo miró de manera triste y salió por la ventana.

*En la noche*

LuHan tenía la cabeza hacia atrás mientras gemía con una voz extraordinariamente sensual, JongIn sentía que estaba en el cielo con cada movimiento del pequeño que movía sus caderas fuerte y rápidamente encima de él.

LuHan comenzó a rebotar encima de la cadera de JongIn diciendo las cosas más depravadas que el mayor nunca pensó que podía llegar a decir su pequeño, bajó hasta su boca y la besó.

JongIn ya llegaba al clímax de todo esto y el menor lo besaba húmedamente, enrollando sus lenguas entre sí, olía una y otra vez la esencia del menor, embriagándose y volviéndose loco.

Se levantó y bajó con besos hasta la entrepierna del mayor, la cual empezó a lamer y a metérsela a la boca descontroladamente…

Kim JongIn se levantó sudado y asustado, se restregó los ojos y bostezó. Había tenido un sueño húmedo con LuHan y todo era causado por el hecho de que no podía ni dormir al recordar aquel cuerpo apetecible junto a la culpa de la ofensa a la que lo sometió.

Toda la tarde de ese día se la pasó pensando en él y su presencia que aún sentía en el departamento.

Trató de dormir un poco para ver si retomaba el sueño húmedo pero no pudo, lo cual solo aumentó su frustración. Quería sentir su piel y oler su aroma embriagador.

Dio vueltas en la cama y sin pensarlo dos veces se levantó. Miró el reloj y vio que eran las 4 de la madrugada, la hora no le importaba, quería ver a LuHan ahora.

Se colocó sus pantuflas, cogió el tarro de azúcar y salió en busca del departamento 23.

Al menos quería verlo… Quería ver su cara.

Se arregló el cabello, puso buena cara y mostró sus dientes blancos de la manera más dulce. Con su mano planchó el pijama de Bob Esponja pues aunque parezca muy infantil, le gustaba mucho ese programa ya que podía imitar muy bien a Calamardo.

La piyama tenía una camisa dónde salía Bob Esponja atrapando medusas con su red, y unos shorts por encima de la rodilla de Patricio Estrella.

No le importó y siguió su camino. Llegó al departamento de LuHan e inconscientemente tocó la puerta. Tardó en haber una respuesta.

-¿Quién es?- preguntó con una voz soñolienta mezclada con miedo.

-Soy yo, JongIn- dijo con las mejores intenciones.

-Lárgate, no te voy a abrir, es de madrugada y sería peligroso.

-Pero yo no soy el asesino- escuchó como LuHan suspiraba y parecía que se levantaba.

Esperó más de tres minutos a que le abriera, hasta que lo hizo. Lo miró de pies a cabeza, JongIn pudo percibir que el muchacho se sonrojaba al ver como estaba vestido, con un pijama de Bob Esponja y un tarro de azúcar.

-¿Por qué vienes así? Y lo más importante, ¿qué quieres? Ya me diste la impresión de que eres una persona horrible y mal educada.

-Lamento no ser perfecto como tú…- LuHan abrió los ojos enojado y alzó su mano para pegarle una cachetada, pero no pudo pues JongIn agarró la suya-. Espera, antes de que me pegues otra vez solo déjame decirte que tienes toda la razón. Soy una persona horrible y mal educado porque nunca me enseñaron valores, pero así soy. Me pareces muy interesante y quisiera saber más de ti. Solo acepta salir conmigo a caminar. Si quieres me pongo de rodillas.

-JongIn, lo de hace rato me dejó muy claro que….

-Lamento lo de hace rato pero es que nunca había sentido esa sensación divertida que es estar a tu lado, LuHan, eres especial y quiero ser tu amigo.

El aludido lo miró torciendo su boca, quitó su mano de la de JongIn y suspiró, cruzándose de brazos.

- ¿Vienes tú a verme o voy yo?

Y JongIn sintió un placer infinito que no se podía comparar al que sentía cuando comía carne humana.

Extiendemos nuestros agradecimientos a Minako Aino por betear las primeras partes de "Licantropía". Nos has ayudado mucho para detectar fallas en nuestra escritura, muchas gracias.

Visiten su blog: "Lo que realmente paso en Singapur"

Actualización en 3 días.

Duerman tranquilos por ahora.

YuleSaku.

2 comentarios:

  1. Creo que ya dije cuando beteé que me encantaba la historia y que quería seguir leyendo... ^^
    Me encanta y espero que en la próxima parte haya mucha más muerte y sangre y sexo... (?)
    Besitos, os quiero <3

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  2. OH POR DIOS \(・∀・ )/ -avienta el teléfono y corre a buscarlo-. Si te dije que me encantó, me he quedado corta ¡YO LO AMÉ! *-* AHXBWHSGWUXGEUEHDGSJSHUASGAISOKWBSABZA Es que \*-*/ Luhan es tan tierno, y sospecho que él igual es un lobo xD y Hunnie :3 yo sé que se ha puesto celoso lol ;AA; Kai pervertido, coso besho usando pijamas de Bob Esponja xD -se lo imagina-.
    Excelente fic *-* siento que te amo asddfbzgshafshs espero el siguiente :3

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